Hace poco, un artículo en la sección de Ciencia del New York Times explicaba que las piedras preciosas guardan mensajes del corazón de la Tierra. Para los científicos, una gema es una preciosa pista de la madre naturaleza, y así es como una de las piedras más preciadas del mundo fue descubierta en 1945, en Sri Lanka, por el conde mineralogista Richard Taafe, quien al examinar una espinela facetada descubrió inesperadamente una nueva especie: el taafeitte, la única piedra preciosa que se ha identificado inicialmente a partir de una piedra tallada. A punto de cumplir los 78 años de su descubrimiento, recordamos su historia.
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Hallada en el s. XX
La historia de esta piedra es reciente, no presume de haber sido usada por grandes del pasado, como Cleopatra, quien era una gran apasionada de las esmeraldas. Sin embargo, sí presume de ser una de las más raras.
Descubierta en 1945 por Richard Taafe, no fue hasta 1982 cuando fue registrado oficialmente por la asociación mineralógica internacional IMA. Suele tener un color violeta o morado oscuro, pero también puede ser rosácea o incluso blanca.
Piedra de coleccionista
El uso del taafeitte en joyería no suele ser muy habitual debido a su gran escasez. Expertos en high jewelry nos cuentan que el precio de esta piedra depende de su limpieza, la belleza del matiz y la dimensión, y puede llegar a los 35.000 € por quilates. Es por ello que suele ser más una piedra de coleccionista.
Solo los grandes expertos saben identificarla
Esta piedra preciosa es considerada como un símbolo de bienestar y armonía familiar. Actualmente, solo se puede encontrar en contados depósitos de Sri Lanka y Tanzania.
La mayoría de las joyas de taafeitte de hoy en día pertenecen a colecciones privadas. Nos cuentan que la autenticidad del mineral se determina a través de un minucioso estudio, pues visualmente los resultados no son precisos. «Solo mediante estudios de difracción de rayos X se puede distinguir el taafeitte de las espinelas».
El ‘color taafeitte’
El color violeta con tintes rosáceos de esta preciosa piedra se ha utilizado mucho en la literatura, sobre todo para describir un pilar solar; es decir, el reflejo de la salida del sol en las aguas de hielo. Un fenómeno óptico atmosférico sin igual.
