Los patrimonios de las monarquías europeas, es bien sabido que tiene una amplitud que ni siquiera sabemos hasta dónde llega. Es uno de los legados más longevos de la historia, ya que todo lo que se adquiere se queda en el lugar y rara vez se desprenden de ello. Muchos monarcas son coleccionistas, por afición, y cada uno se centra en un tema concreto. Es el caso del actual rey de Inglaterra, Carlos III, el cual es un acérrimo fan de los vehículos clásicos y ha creado una gran colección a lo largo de los años. Con una espera, casi eterna, a su llegada al trono, el que era príncipe de la nación invirtió gran parte de su tiempo a buscar diseños históricos que, bien sabía, que con los años se iban a revalorizar. Aston Martin, Rolls-Royce y otras grandes casas forman parte de su coleccionable privado de carácter clásico.
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Las caballerizas reales del Palacio de Buckingham son el hogar de impresionantes limusinas y vehículos de lujo en los que por años hemos visto transportarse la familia real a sus diferentes eventos. Según datos que se han podido conocer, esta colección es muy amplia, de tal manera que calculan que su valor es de más de 6 millones de euros, una herencia para la corona británica que, estamos seguros, su valor aumentará. Muchos pueden cuestionar la adquisición de los mismos, pero la realidad, es que muchos de ellos fueron regalos de los propios fabricantes.
Esta es la colección que el nuevo rey posee en los garajes de Buckingham.
Rolls-Royce Silver Ghost
Como buen inglés, es imposible que su colección no contara con una de las marcas referentes del país. Posiblemente, sea una de las grandes joyas que ha heredado del legado de su madre. Datado en 1924, alcanza una velocidad de 130 km/h. Muchos dicen que ya tiene cerca del millón de kilómetros, pero sigue funcionando a la perfección.
Aston Martin DB6
Otra grande del abanico del motor británico, imprescindible en esta colección. El clásico popularizado por James Bond y que se ha revalorizado a casi medio millón de euros, es uno de los vehículos más codiciados por los coleccionistas y más valorados en el mercado del automóvil vintage. Se trata de la versión descapotable, y fue conducido en multitud de ocasiones por la propia Isabel II. Tan solo se produjeron algo menos de 1.800 unidades de este modelo en todo el mundo.
Mercedes-Benz 600 Pullman Laundet
Este Mercedes es uno de los pocos coches no británicos que tiene Carlos III. Ahora bien, eso no quiere decir que exhiba el máximo lujo y confort. Un vehículo que pertenece a la corona británica desde hace ya más de medio siglo. Una limusina de altos vuelos. Una de las principales razones para adquirir este modelo alemán fueron los desfiles, pues tiene una imagen muy distinguida y además se le puede retirar la capota trasera para saludar. Tan solo se construyeron algo más de 2.000 ejemplares en todo el mundo.
Bentley Bentayga
De entre todos los coches británicos que se comercializan en la actualidad, el Bentley Bentayga entra dentro de los más exclusivos y lujosos. No obstante, el verdadero honor de Carlos III es disponer de la primera unidad construida de este SUV británico. Un vehículo que no solo es amplio, sino que también exhibe unas prestaciones sobresalientes. No en vano, cuenta conun propulsor W12 de 6,0 litros de cilindrada y cuya potencia supera los 600 CV.
Bentley State
Este Bentley llamado State también es el máximo exponente del lujo sobre cuatro ruedas, pero es bastante más especial que el Bentayga anterior. ¿Por qué? Pues porque tan solo existen dos ejemplares en todo el mundo. Es más, ambos pertenecen a la familia real británica. Es una limusina con la máxima opulencia posible, y que esconde bajo el capó el mismo bloque motor que el Arnage R de la época, un V8 de 6,75 litros y 400 CV de potencia. Pero es que además está completamente blindado, tanto carrocería como ventanillas. Alcanza los 210 km/h de velocidad punta.
Jaguar Daimler V8
Jaguar es la siguiente marca británica que entra en acción en la colección de coches del nuevo monarca. Y sí, es otro de los modelos que fue modificado especialmente para la casa real británica, con diversas necesidades de espacio y también para transportar a su perro. Es la versión de batalla larga de esta impresionante berlina, equipada, como su propio nombre indica, con un motor V8 de gasolina. Fue comprado y adaptado a principios de este mismo siglo.
Lincoln Cosmopolitan
Otra de las raras avis del actual rey de Inglaterra. Especialmente por no tratarse de un vehículo patrio, ya que en la corona británica son muy apegados a su tierra en este sentido y la gran mayoría de sus coches proceden de las islas. Aun así, tener a este norteamericano en su colección supone todo un lujo. Un vehículo fabricado en el año 1949 y, lo que es más importante, del que solo se hicieron diez unidades. Muchos dicen que fue un regalo de la Casa Blanca a la reina.
Land Rover Defender
El vehículo que se fabricó para los agricultores y que Isabel II popularizó. La marca inglesa era la favorita de esta, y es por eso que resultaba habitual verla al volante de su Defender. Por supuesto, en su versión clásica, y no en la última generación, que acaba de salir al mercado. Un todoterreno de los que ya no quedan. En cualquier caso, dada la devoción que mostraba por la compañía, Land Rover elaboró una edición especial para ella a lo largo de este mismo año 2022 con motivo de la celebración de su 75 aniversario al mando de la corona británica. Carlos III también disfrutará de él como es debido.
McLaren Elizabeth II
El último de los coches de Carlos III también es una de las herencias más especiales de su madre y si, la marca inglesa ha decidido nombrar a uno de sus modelos como la recién fallecida reina. Se trata de una edición muy especial. Así, McLaren ha rebautizado una única unidad de este calibre con este nombre. Está decorado en gris y cuenta con una insignia de Elizabeth II. Un superdeportivo con un motor de casi 700 CV de potencia y cuyo precio supera holgadamente los 200.000 €.
