Su sello es fácil de reconocer. Giorgio Armani siempre ha apostado por las líneas rectas, la sobriedad y la elegancia sin renunciar a la comodidad. La identidad made in Italia está grabada a fuego en su historia y a día de hoy sigue siendo un gran referente en la industria de la moda. Sus diseños son obras de arte y su proceso de creación también. Solo hay que echar un vistazo a sus delicados bocetos que, en un contexto artístico, son dignos de exhibirse en un museo.
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El boceto es la forma de plasmar ideas, de corregir errores y probar cosas nuevas. En una entrevista, Armani desveló que de no haber sido diseñador, «habría sido director de cine». Tal es así que el trabajo previo a la confección de un diseño, Armani realiza una especie de storyboard. Y para muestra, el vestido que lució Nicole Kidman en la gala de Oscar de este año.
Cada dibujo expresa un sentimiento de belleza en el que cada material y cada detalle son reflejo de una original fusión de creatividad y artesanía.
Su imperio incluye no solo marcas de ropa (Armani Privé, Giorgio Armani, Emporio Armani… en total son diez firmas las que cuenta en su portfolio), sino también delicias inspiracionales que abordan otros mundos, como el de la decoración de interiores o las flores. Presume de haber construido un universo y es, además, un verdadero artista de la moda.
“En la actualidad, la ropa se ha convertido en todo un idioma. La utilizamos como medio de comunicación cuando trabajamos y nos divertimos. Constituye una expresión de nuestra individualidad, no una imposición. Es una victoria que comparten hombres y mujeres”, declaró el diseñador en el documental Fatto a Milano, de Martin Scorsese. Ambos son íntimos amigos desde hace años.
Este mes de julio Armani cumplirá 88 años y sigue en la cúspide de la moda. Volviendo a los premios Oscar, vistió para la ocasión a 30 invitadas. Detrás de los flashes se encuentran más de 8.000 empleados, 623 tiendas en el mundo y cerca de 1.600 millones de euros de ingresos en el último año.
Museo Armani/Silos
Muchos de estos bocetos se encuentran expuestos en el Museo Armani/Silos, está en Milán y es propiedad del diseñador desde 2015.
Giorgio Armani explica que este museo nació como una necesidad. «La moda, que parece querer vivir en un eterno presente, necesita reflexionar sobre sí misma y sobre sus propias raíces para afrontar el futuro».
El diseñador detalla que a través de este proceso de reflexión se puede comprobar que la moda muchas veces anticipa importantes cambios sociales. «Recordar cómo éramos en el pasado puede ayudarnos a entender lo que podríamos ser en el futuro».
