El color ha sido un objeto de estudio de filósofos y científicos a lo largo de los siglos. Su origen, su uso, sus propiedades, llevaron a desarrollar y perfeccionar la teoría del color, un conjunto de reglas que trata de determinar el comportamiento de los colores, su mezcla para así lograr el efecto deseado. El compendio de cualquier artista, su guía matriz para conseguir armonía en el conjunto. Al igual que para un estilista. Para todos ellos, la colorimetría es el ABC de la armonía visual. Sólo hay que saber cómo aplicarla a nuestra piel.
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El color no es sólo un añadido a los estilismos, es una herramienta para conseguir consonancia entre diferentes componentes. Para comprenderlo, lo mejor es indagar en las bases de las teorías desarrolladas acerca del color encontramos un nexo en común: la afirmación de que el color se basa en la percepción que tenemos de él y en cómo nuestros sentidos procesan esta información.
Cuando percibidos un esquema de color sensible al mismo sentido, podemos decir que se da armonía del color. Todos los procesos, matices y el comportamiento entre las diferentes tonalidades para logar la armonía se estudia en el campo de la colorimetría. El punto de partida de los estilistas para lograr que todos los elementos de un conjunto tengan coherencia entre sí.
Cuando referenciamos la colorimetría meramente para determinar las tonalidades que elegimos en las prendas de vestir, desintencionadamente estamos delimitando su uso. Este estudio toma como base el tono de piel para armonizar el resto del conjunto y conseguir sacar el máximo partido. Un campo de comprender el tono de pelo, el maquillaje, la joyería y las pendas. Los expertos de Oramai explican que «una vez que conoces tu subtono y los colores que te favorecen, no necesitas renovar por completo tu armario. La clave está en saber combinar estratégicamente accesorios y maquillaje para equilibrar y realzar tu estilo personal».
Los subtonos de piel
El subtono de la piel es ese color de la piel que nunca varía. Al contrario que el tono, que se ve modificado por factores como el sol, el subtono es la base que define el color de nuestra piel. En este sentido, hablamos de tres tipos diferentes.
- Cálido: Rostros con matices dorados, amarillos o melocotón.
- Frío: Matices rosados, azulados o neutros en la piel.
- Neutro: Una mezcla de cálido y frío. Generalmente, pueden usar tonos tanto cálidos como fríos, pero hay colores específicos que resaltan más.
La regla de las estaciones de la colorimetría
Aunque anteriormente hemos definido las peleas como cálidas, frías o neutras, ya hemos matizado que la colorimetría abarca un amplio espectro de tonos. Por eso, define cuatro «personalidades» de tono en función de cómo el subtono de la piel convive con otros elementos como el tono del cabello o el color de los ojos. En este punto es donde encontramos:
- Primavera: pieles claras con matices claros, como ojos verdes o azules y pelo rubio, castaño claro o pelirrojo. Los colores que más favorecen a este tipo de pieles son los cálidos y suaves, incluyendo los tonos nude.
- Verano: mismas características que el anterior, pero con un tono de cabello más oscuro. En estos los colores que mejor combinan son los pastel, especialmente aquellos como el azul o el violeta.
- Otoño: subtono de piel cálida con tonos oscuros en ojos y cabello. Ideales para combinar con colores terrosos.
- Invierno: el mix definitivo, y es que esta estación hace referencia a pieles claras con elementos oscuros: ojos marrones y cabello oscuro. Una combinación que abre la puerta a los contrastes, los tonos más potentes, como el negro, y los tonos fríos.
Una mala elección del color «puede apagarnos un poquito nuestra piel y nuestra mirada», explica Alessandra Chiarello, CEO de Oramai, una hair boutique situada en el barrio Salamanca. Incluso con la edad, este efecto se magnifica y «crea sombras en la cara que destaca nuestras arrugas y líneas de expresión. En cambio, un color en nuestra paleta lo que hace aportarnos luminosidad»
El principal error en la colorimetría es la suma a tendencias que pueden ir en contra de nuestra armonía cromática. «Si una persona fría decide vestirse completamente de marrón sólo porque está en tendencia y es la moda de este año, no le va a favorecer porque probablemente no sabrá cómo combinarlo». Algo que ocurre, por ejemplo, con el Pantone del año.
El Mocha Mousse ha tomado las riendas de todas las colecciones de la temporada. Sin embargo, explica Alessandra Chiarello, «este color a quien le favorece sin duda es a la piel cálida». Aunque, para las personas con tonos fríos, siempre deben tener en cuenta que el marrón también se lleva en accesorios, zapatos, bufandas, entre otros. «Si somos de tonos fríos, lo podremos utilizar de cintura hacia abajo o simplemente añadiendo un collar plateado o algún accesorio que pueda contrastar».
Otro de los colores del año, el rosa palo, presenta mucha más versatilidad que el anterior. «El rosa palo es un color frío, pero tiene una variedad muy amplia de subtonos y le puede quedar bien tanto a pieles frías como cálidas. Hay trucos para las pieles cálidas que deseen utilizar el rosa palo, como añadir accesorios dorados o beige o blanco roto».
