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Mallorca reduce por primera vez su techo de plazas turísticas de 430.000 a las 412.000 existentes

Para el presidente del PP del Consell, Llorenç Galmés, "es el momento de poner límites"

Considera que el crecimiento "ha puesto en riesgo la convivencia entre turistas y residentes"

  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

Mallorca reducirá su techo de plazas turísticas en 18.000 plazas, el equivalente a la mitad de las que tiene la Playa de Palma, pasando de un tope de 430.000 a 412.000 plazas, actualmente en funcionamiento lo que supondrá una bajada del 4,2%.

Así lo ha anunciado el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, durante una rueda de prensa acompañado del conseller insular de Turismo, José Marcial Rodríguez.

Será la primera vez que Mallorca reduzca su número de plazas máximas. «Es el momento de poner límites», ha declarado Galmés en línea con lo manifestado esta misma semana por la presidenta del Govern del PP, Marga Prohens, remarcando que la institución insular «no puede ponerse de perfil» ya que el crecimiento ha puesto «en riesgo» la convivencia entre turistas y residentes.

Según ha explicado el conseller insular, se reducirá la capacidad máxima de plazas que tiene Mallorca hasta las 412.000, que son las que actualmente están legalizadas si bien otras operan ilegalmente en el mercado. En concreto, 308.000 son hoteleras y 104.000, de alquiler vacacional.

«Respecto a lo legal, ni una plaza más», ha dicho Rodríguez, puntualizando que serán excepción las que están en tramitación y tienen derechos adquiridos con la administración. Calculan que son unas 1.000 plazas.

Asimismo, no se incorporarán las 11.000 plazas turísticas que el Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT) actual determinaba que debían entrar en julio y que actualmente están suspendidas por la moratoria.

Con todo, la institución insular modificará el PIAT, analizará la capacidad de carga a partir del techo establecido y desarrollará un nuevo reglamento que, según ha señalado el conseller insular, permitirá gestionar cuál es la capacidad de carga y decidir hacia dónde irá «el impulso en valor de la oferta».

La reducción del tope de plazas se ha consensuado con el sector hotelero y del alquiler vacacional y, según ha dicho Galmés, y ha admitido que la situación de este año será «complicada y difícil», pero ha considerado que se trata de la primera medida para «empezar a minimizar los efectos». «No podemos crecer más en número de plazas», ha declarado.

En la práctica, la reducción del techo de plazas implicará no crecer más en plazas turísticas, pero las plazas actuales que hay en la isla no se reducirán.

«Lo que en ocho años no hemos intentado solucionar, no lo vamos a solucionar inmediatamente», ha dicho, trasladando que «siendo sinceros» la situación será «complicada».

El presidente ha subrayado que «habrá más medidas» y ha criticado la moratoria de plazas impuesta en la anterior legislatura, al considerarla «totalmente falsa» puesto que se crearon 90.000 plazas desde 2017.

Igualmente, Galmés y Rodríguez han arremetido contra el anterior gobierno del Consell por sus políticas turísticas. «Llevamos estos ocho años con políticas erráticas turísticas y crecimientos desmesurados por culpa de una gestión de izquierdas», ha criticado el conseller, considerando que la gestión estuvo basada en «una falta de análisis riguroso».

Además, el presidente ha lamentado que la institución estaba «totalmente paralizada», con 4.000 expedientes de turismo «guardados en cajas». Según ha dicho, la política del anterior gobierno insular provocó el mayor incremento de plazas turísticas de la historia de Mallorca.

El portavoz adjunto del PP en la institución insular, Bernat Vallori, ha destacado tras conocer esta iniciativa que el gobierno insular «escucha a los mallorquines» y que es «una medida valiente»

Asimismo, ha señalado que en Mallorca no existe un problema de sector ni de oferta, sino social y de convivencia. «Esto nos ha llevado a esta sensación de saturación turística generalizada y se tienen que poner límites a esta saturación», ha concluido Vallori.