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Mitos y verdades sobre los incendios en España: la recalificación y las renovables en el punto de mira

La ola de incendios en España también ha desatado una gran cantidad de informaciones en las redes sociales que hay que contrastar

Analizamos las narrativas más frecuentes que buscan una intención en los incendios para especular o instalar plantas renovables

Incendios España
Antonio Quilis
  • Antonio Quilis
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora director de OKGREEN en OKDIARIO. Anteriormente director de El Mundo Ecológico. Colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

España arde y, con ella, también las redes sociales en las que se entablan interminables discusiones sobre la intencionalidad de los incendios, los bulos, mitos y verdades que intentan explicar que los terrenos se queman para instalar renovables, para especular y construir.

Todo se comenta fugazmente, con lo que se ve, se oye o se ha leído, en alguna parte, en unos breves pareceres, frecuentemente salpicados por exabruptos, que pasan rápidamente de las pantallas de los móviles a la opinión colectiva.

Saber lo que ocurre tras un incendio no es fácil para los que no vemos el terreno pasados los meses y los años, salvo para aquellos que tienen delante día tras día su territorio calcinado por el fuego. Sin embargo, el tiempo sí que cuenta, ya que tienen que transcurrir décadas para recuperar un terreno que difícilmente cambiará de uso.

Los bulos más frecuentes

Entre los comentarios más frecuentes sobre la motivación y la  intencionalidad de los incendios en España podemos encontrar unos muy continuos orientados a opinar que se queman los terrenos para especular de forma inmobiliaria, para plantar fotovoltaica o eólica e, incluso, para explotar áreas donde se encuentran tierras raras.

También podemos encontrar comentarios sobre la venta de la madera quemada, como un recurso para obtener un beneficio rápido de un incendio.

Detenido joven incendios

Fuegos intencionados

Desde 1992, más de la mitad de los incendios registrados en España han sido intencionados, según los datos proporcionados por el Ministerio para la Transformación Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Antes de esa fecha, la mayoría de los incendios eran de origen desconocido.

El año en el que se ha registrado un mayor número de incendios provocados fue en 1997, cuando un 70% de los mismo fueron intencionales. Sin embargo, los datos de la Fiscalía General del Estado en su última memoria anual contradicen la tendencia.

En él se especifica que, de todos los incendios en España que resultaron en la detención o investigación de al menos una persona entre 2019 y 2023, sólo el 24% se correspondían con fuegos intencionados, es decir, que tenían como fin «la generación de un incendio forestal».

Qué pasa con las áreas quemadas

Dicho esto, tenemos que referirnos a Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal, que en el artículo 355 de su Capítulo II sobre  Incendios Forestales / Sección 1 de los Delitos de Incendios pone claramente qué debe pasar con los terrenos quemados.

El artículo 355, reza así: «En todos los casos previstos en esta sección, los Jueces o Tribunales podrán acordar que la calificación del suelo en las zonas afectadas por un incendio forestal no pueda modificarse en un plazo de hasta treinta años. Igualmente, podrán acordar que se limiten o supriman los usos que se vinieran llevando a cabo en las zonas afectadas por el incendio, así como la intervención administrativa de la madera quemada procedente del incendio».

Es decir, es muy complicado obtener un beneficio inmediato de una quema, 30 años, y muy excepcionalmente se podrá cambiar su uso. La Ley de Montes 43/2003 prohíbe en su artículo 50 «el cambio de uso forestal [para convertirlo en suelo urbano, agrícola, minero…] al menos durante 30 años» tras el fuego, así como «toda actividad incompatible con la regeneración de la cubierta vegetal, durante el periodo que determine la legislación autonómica».

Telefónica, Incendios en Ourense. (Getty Images)

Excepciones en el cambio de uso

La norma contempla ciertas excepciones a esta restricción de cambiar el uso forestal de un terreno tras un incendio. Una reforma de 2015 sobre el mencionado artículo 50 fijó que «con carácter singular», las comunidades autónomas podrán acordar excepciones a estas prohibiciones siempre que, con anterioridad al incendio forestal.

Los cambios de uso previstos se refieren a un instrumento de planeamiento previamente aprobado o pendiente de aprobación si ya hubiera sido objeto de evaluación ambiental favorable o sometido al trámite de información pública antes del incendio.

Decisión de las comunidades autónomas

Asimismo, la norma establece que «con carácter excepcional las comunidades autónomas podrán acordar el cambio de uso forestal cuando concurran razones imperiosas de interés público de primer orden que deberán ser apreciadas mediante ley, siempre que se adopten las medidas compensatorias necesarias que permitan recuperar una superficie forestal equivalente a la quemada».

En caso de que dichas «razones imperiosas de interés público» afecten al «interés general» del conjunto del Estado, «será la ley estatal la que determine la necesidad del cambio de uso forestal», añade.

En resumen, el artículo 59 dice que «las comunidades autónomas deberán garantizar las condiciones para la restauración de los terrenos forestales incendiados». Así mismo, establece la prohibición «del cambio de uso forestal al menos durante 30 años» y de «toda actividad incompatible con la regeneración de la cubierta vegetal, durante el periodo que determine la legislación autonómica».

Quemar para recalificar

En los bulos que afirman que se quema para recalificar, un tema que lleva años circulando por las redes y ya se ha establecido como un mantra en la opinión pública, hay que hacer constatar la estadística.

Las estadísticas demuestran que entre los años 2000 y 2010 la cantidad de incendios provocados en España con fines de edificación eran casi inexistentes. Con las reformas de la ley se pusieron aún más trabas para cualquier cambio de uso en suelo quemado.

El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales calculó que sólo un 0,12% de los incendios ocurridos entre 2001 y 2014 pudo tener como posible motivación un cambio en el uso del suelo, y ni siquiera hubo sentencias judiciales que lo confirmaran. La reforma de la Ley de Montes en 2015 cerró aún más las puertas: desde entonces no se ha registrado ningún caso de recalificación tras un fuego.

No se recalifican los terrenos

La realidad es que tan sólo el 0,56% de los incendios intencionados se han usado para recalificar, es decir, el 0,1% de la superficie total quemada.

Pero, dentro de esta intencionalidad, dos tercios son por quemas agrícolas o regeneración de pastos, sobre todo en zonas muy despobladas de Galicia, Asturias, Cantabria y el noroeste de Castilla y León, lo que de manera tajante destruye la teoría de que se está quemando para recalificar.

A vueltas con las renovables

Otro de los mensajes que circulan desde hace un par de años es que la quema de montes se está realizando intencionadamente para la instalación de renovables, en concreto de plantas fotovoltaicas o parques eólicos.

En este caso se aplica la misma norma, la de los 30 años, que dice que en ese periodo de tiempo no se puede recalificar un terreno. De un tiempo a esta parte sí que aparecen comentarios enlazando el cambio de uso con el interés público de un terreno como excusa para respaldar la teoría de instalación de renovables.

incendio eólicas

El bulo de los parques eólicos

Hay una imagen muy frecuente en las redes sociales de un incendio en Asturias en un terreno en la costa, acompañada de una foto donde posteriormente se instala un parque eólico en el mismo lugar. Un montaje que quiere hacer creer que se quemó esa zona para posteriormente instalar los aerogeneradores. Un bulo en toda regla, ni era Asturias, ni se colocaron en zona quemada.

En el caso de las eólicas, esta excusa de que se echa mano al interés general no funciona con la instalación de aerogeneradores, ya que un parque eólico no necesita cambiar el uso del suelo para instalarse. Por lo tanto, no hay razón para quemar terreno para instalar este tipo de renovables.

A vueltas con la fotovoltaica

Algo parecido ocurre con las placas solares con comentarios que afirman que se están quemando montes para instalar fotovoltaica. Como dato, la fotovoltaica instalada a día de hoy en España ocupa menos del 0,2% de la Superficie Agraria Útil. Es decir, que para colocar fotovoltaica hay superficie más que de sobra de sobra para instalarla desechando la necesidad de quemar montes.

En el reciente incendio de Tres Cantos, en Madrid, se empezó a viralizar que la quema de las casi 2.000 hectáreas fue intencionado para instalar una planta solar. En estas publicaciones no se mencionaba que dicho proyecto tenía autorización administrativa previa al incendio en noviembre de 2024, es decir, que ya estaba prevista su instalación, por lo que no tenía sentido el quemar la zona si ya estaba planificada la planta.

También, para los que propagaban este bulo quedó en el olvido la causa de este incendio en el norte de Madrid. El incendio desatado en Tres Cantos pudo comenzar por una tormenta seca que recorrió la Comunidad de Madrid. Así lo trasladó el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo, en declaraciones a los medios desde el puesto de mando.

Copernicus
Incendio de un bosque de pinos en España.

Venta de madera

En cuanto a la excusa de que se provocan incendios para hacer negocio, la venta de la madera quemada procedente de los quemas forestales, la realidad es que sólo sirve si se moviliza de manera temprana, algo que no ocurre por el tiempo que pasa desde su combustión hasta que sale a subastas públicas organizadas por las administraciones.

Esta madera, que se moviliza para evitar que se sequen definitivamente y proliferen los hongos que provocan enfermedades y plagas, se convertirá en pasta de papel y tableros. Pero los costes suben, dado que la corteza afectada por el fuego no sirve porque hay que pelarla. Tiene poco valor añadido.

Ante todas estas opiniones y textos que corren por las redes sociales, los expertos indican que este tipo de narrativas sobre las causas de los incendios en España son complicadas de contrarrestar. Destacan que siempre hay que tener un espíritu crítico ante posts de cuentas no verificadas y anónimas, y emplear algo de tiempo en contrarrestar este tipo de mitos, bulos o verdades a medias con publicaciones científicas, oficiales y de expertos.