El lujo contamina con miles de botellas de champán el fondo marino de Mallorca
La organización Eco Projects Mallorca recoge de forma voluntaria cientos de kilos de residuos de una pequeña e idílica cala de la isla balear
Los buceadores no daban crédito a lo que estaban viendo y recogiendo en una zona marina de Mallorca, mientras extraían miles de botellas de champán sembradas en el fondo de una pequeña cala de Mallorca, una señal inequívoca de que el lujo está afectando tristemente el mar de la isla.
El descubrimiento se ha localizado en Portals Vells, una pequeña cala de la punta suroeste de la isla, considerada como una de las 20 mejores playas de Mallorca a raíz de una acción de recogida de residuos marinos impulsada por Eco Projects Mallorca.
Esta organización sin ánimo de lucro fue fundada por Thomas Heise, presidente de la entidad, un buceador profesional alemán residente en la isla desde hace dos décadas, que dedica gran parte de su tiempo a limpiar y proteger las costas, cuevas y montañas mallorquinas.
Acumulación de basura
La entidad realizó una convocatoria el pasado 15 de julio a través de Facebook a sus seguidores y voluntarios para proceder a una recogida de residuos en Portal Vells durante el mes de agosto, exactamente durante los días 3 y 4.
La convocatoria explicaba en inglés que «hicimos una inmersión en la bahía el fin de semana pasado y vimos que se ha acumulado bastante basura en el fondo del mar a lo largo de los años».
«El plan es venir en barco y recoger la basura de la zona amarilla y depositarla en grandes contenedores en el fondo marino de la zona verde el sábado y luego volver en coche con remolque el domingo y llevar la basura ya acumulada a la playa donde se clasificará y luego se llevará al remolque. Desde allí se llevará a una instalación de reciclaje para su procesamiento», informaba Eco Projects Mallorca.
Sorpresa en el fondo del mar
Los promotores de esta «basuraleza marina» invitaban a sumarse de forma voluntaria a la limpieza a personas que tuvieran tiempo libre. En el mismo post recordaban que «pagamos nuestros proyectos reciclando/vendiendo chatarra de la industria náutica, así que siempre estamos encantados de recoger cualquier elemento mecánico o eléctrico viejo que podamos convertir en fondos para futuros proyectos».
Las inmersiones de los submarinistas empezaron y la sorpresa saltó cuando identificaron cuál era el residuo más común en el fondo del mar, fruto de los fondeos de los yates de lujo que suelen recalar en Portals Vells.
Miles de botellas de champán
La acción descubrió miles de botellas de vidrio, un gran número de ellas de champán, esparcidas por el fondo marino de esta pequeña cala de Mallorca. Unos residuos que fueron recolectados por el grupo de diez submarinistas voluntarios que llegó a recoger hasta 450 kilos de basura, de los cuales, el 80 %, es vidrio.
Lamentablemente, Heise y los buceadores estimaron que tan sólo han podido extraer en esta campaña un 25 % de lo que sigue durmiendo en el fondo de la cala, estimando que todavía hay cinco o seis veces más de lo que se ha podido sacar.
La organización relata en su red social que «había más basura de la que podíamos recoger en un fin de semana, así que tenemos previsto repetir la limpieza después de la temporada alta».
Más de 20 años sumergidas
¿Cómo llega esta cantidad de botellas de champán hasta Portals Vells? En principio estiman que trata de la acumulación de botellas durante, por lo menos, veinte años, por lo que había botellas que llevaban tanto tiempo en el fondo que los buzos tuvieron que desenterrarlas de la arena. Podría decirse que la basura encontrada es fruto de los botellones de lujo que se desarrollan en las embarcaciones.
Los impulsores del proyecto de limpieza explican que por este lugar recalan diariamente unos 50 barcos, la mayoría yates de lujo, que se deshacen de las botellas, sin conciencia ambiental alguna, tirándolas al mar.
Los voluntarios relatan que los miles de botellas que están reposando y contaminando el mar de esta zona de Baleares se debe a la acumulación de muchos años porque se lanzaban al mar después de las diversiones en la embarcación, «la gente se comportaba peor y después de las fiestas, las lanzaban al agua», explican al digital local Última Hora. Ahora parece que hay más conciencia porque hay menos botellas tiradas recientemente, concluyen.