Desmontando los bulos del reciclaje del vidrio que siempre te cuentan
Hace 25 años que los españoles reciclamos vidrio en los icónicos contenedores con forma de iglú
De la mano de Ecovidrio te damos los argumentos para contrarrestrar opiniones infundadas sobre el vidrio y su reciclaje
Seguramente has escuchado muchas veces bulos que cuentan que el reciclaje en general no sirve para nada, que el esfuerzo que hacen millones de ciudadanos con el gesto de reciclar vidrio es en vano y que te cuesta dinero, entre otras muchas cosas más.
En 2023 nuestro país celebra que hace 25 años que el reciclaje de envases de vidrio funciona en todos los ciudades y pueblos de España. Reciclar no es cosa de hippies ni una moda pasajera (en realidad, nunca lo fue), sino que es un hábito extendido y exigido desde la Unión Europea, que vigila de cerca cómo avanzamos como sociedad hacia un modelo más sostenible.
Pues bien, te contamos con información sólida y verificada, te damos los argumentos para desmontar eso que algunos te cuentan de oídas, los típicos rezagados que en conversaciones de bar o redes sociales afirman que «no creen en eso del reciclaje».
De la mano de Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro encargada de la gestión de los residuos de envases de vidrio en España, te damos 6 argumentos para desmontar los principales bulos del reciclaje.
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El reciclaje de vidrio no sirve para nada
Los recursos del planeta no son infinitos. No podemos permitirnos desaprovechar recursos muy valiosos y enterrarlos en vertederos mientras sobrexplotamos los recursos naturales.
Al reciclar un envase de vidrio podemos obtener otro con las mismas características que el original y repetir este proceso por toda la eternidad. Reciclando el vidrio evitamos que haya que extraer arenas de la naturaleza para fabricar envases de alimentación y bebidas. Así protegemos también nuestros ecosistemas.
Además, es fundamental para luchar contra el cambio climático. Cuando los vidrieros usan vidrio reciclado para fabricar nuevos envases usan menos energía en el proceso y emiten hasta un 50% menos de CO2.
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El reciclaje destruye puestos de trabajo
Todo lo contrario. La cadena de reciclaje de envases de vidrio genera más de 8.000 empleos directos e indirectos. Son parte de los llamados «empleos verdes», de carácter estable y repartidos por todo el país. Que no separes selectivamente tus envases no significa que los servicios municipales vayan a contratar más gente para que lo hagan por ti, sólo significa que ese residuo acabará enterrado en un vertedero.
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En otros países pagan por reciclar
En la mayor parte de Europa usan el mismo sistema que se usa en España para reciclar los envases de vidrio. También algunos países tienen implantado con éxito el sistema de devolución y retorno.
Este sistema no paga a los ciudadanos por reciclar, sino que les pide que adelanten un depósito económico por cada producto envasado que compran. Los ciudadanos recuperan este depósito si devuelven los envases en perfecto estado, aunque en ocasiones no reciben esta cuantía en efectivo, sino a través de un ticket descuento para el comercio en cuestión.
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No hay suficientes contenedores en la calle
España es uno de los países mejor contenerizados de toda Europa, con una media de un contenedor de vidrio por cada 197 habitantes. No hay pueblo, aldea, barrio o pedanía sin contenedores de vidrio. Ecovidrio instala cada año unos 5.000 puntos nuevos para seguir acercando el reciclaje a todos.
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Para qué separar mis residuos si luego mezclan todo en los camiones
Los contenedores de vidrio contienen un solo material. Y lo mismo pasa con los camiones que los recogen: son exclusivos para el vidrio. En algunas ocasiones (pocas), los contenedores pueden recogerse en camiones que llevan más fracciones de residuos, pero en ese caso están compartimentados en su interior para que nada se mezcle. Nadie deshace el esfuerzo que has hecho en casa.
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Si ya pago mis impuestos, para qué reciclar
Es Ecovidrio quien financia la recogida de los residuos del contenedor verde. Las tasas municipales se destinan, entre otras cosas, para que los ayuntamientos puedan hacer frente a los gastos de recogida de la fracción resto (lo que tradicionalmente llamamos bolsa de basura y a donde va a parar aquello que no se recicla) o la materia orgánica.
Si no separamos correctamente los envases de vidrio, los volúmenes de residuos de la bolsa de la basura serán mayores y supondría más costes para el ayuntamiento. Es decir, conseguiríamos justo lo contrario y podría llevarnos a pagar más impuestos.