Detectan los 10 alimentos frescos con más plaguicidas que comemos en España
Según Ecologistas en Acción, el 36 % de las muestras presentaba residuos de uno o más plaguicidas y este porcentaje aumenta hasta el 43 % para vegetales y frutas
El pleno del Parlamento Europeo tumbó ayer miércoles la importación de alimentos que contengan residuos de pesticidas cuyo uso está prohibido en la UE al rechazar dos decisiones de la Comisión Europea que permitían un límite máximo de residuos de estos plaguicidas.
Precisamente, Ecologistas en Acción ha dado a conocer los 10 alimentos frescos con más plaguicidas que se consumen en España, a raíz de un análisis publicado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) con 1.743 muestras de alimentos a la venta en España en 2022.
Rechazo a los pesticidas
El rechazo de la Eurocámara ayer versaba sobre sustancias como el ciproconazol y el espirodiclofeno, presentes en productos como cereales, semillas, carne, hígado y riñones, o de otros como el benomilo, el carbendazim y el tiofanato-metilo en cítricos como limones, limas o mandarinas.
La Eurocámara rechazó la decisión de la Comisión relativa al ciproconazol y al espirodiclofeno por 522 votos a favor de la objeción, 127 en contra y 28 abstenciones y por 516 a favor, 129 en contra y 27 abstenciones en el caso del benomilo, el carbendazim y el tiofanato-metilo. Se necesitaba una mayoría absoluta de al menos 359 diputados para rechazar las decisiones de la Comisión.
En este contexto, el estudio de la organización ecologista da un listado de productos frescos que llegan a los consumidores en su informe Directo a tus hormonas. Residuos de plaguicidas en los alimentos españoles.
España, líder en plaguicidas
Ecologistas en Acción afirma que España lleva años siendo líder en la venta de plaguicidas en la Unión Europea. Por ejemplo, en 2022, último año con datos disponibles, España bajó del primer al segundo lugar, pero «sólo porque hubo una reducción del 26 % en las ventas, que no se debió a una política de reducción, sino a la grave sequía y a la prohibición de la UE de determinados plaguicidas».
En el año 2022, Francia contribuyó al 21 % del total de las ventas de plaguicidas en la Unión Europea, seguido del 18 % de España, el 15 % de Alemania y el 14 % de Italia.
El estudio analiza los resultados de AESAN para visibilizar la presencia de plaguicidas con el foco puesto en la detección de tres grupos especialmente tóxicos: las sustancias no autorizadas, las sustancias candidatas a ser sustituidas por su elevada toxicidad y las que tienen la capacidad de alterar el sistema hormonal o disruptores endocrinos.
Los contaminantes hormonales (disruptores endocrinos o EDC) son sustancias químicas que alteran la síntesis, liberación, transporte, metabolismo, acción o eliminación de las hormonas naturales, modificando el funcionamiento del sistema hormonal humano y animal.
Menos muestreos
Un primer resultado del estudio es que los datos análisis de partida son cada año menos representativos, ya que AESAN continúa su tendencia a la baja en el número de muestras tomadas, lo que sitúa a España a la cola de la UE con 3,61 muestras por cada 100.000 habitantes.
Los alimentos vendidos en 2022, tanto importados como de producción estatal, tenían residuos de 106 plaguicidas, lo que supone que el 36 % de las muestras presentaba residuos de uno o más plaguicidas. Este porcentaje aumenta hasta el 43 % para vegetales y frutas.
En concreto, se detectaron hasta 59 plaguicidas disruptores endocrinos, incluido el DDT, 32 plaguicidas no autorizados en la Unión Europea. Además, el informe aporta que también se identificaron 17 plaguicidas candidatos a ser sustituidos por sus efectos cancerígenos, tóxicos para la reproducción, de disrupción endocrina o que cumplen dos de las tres siguientes características: persistencia, bioacumulación y toxicidad.
Combinación de sustancias
Para la organización la población se expone a todos estos plaguicidas «que están presentes en los alimentos, aunque sea en pequeñas cantidades, ya que en el 99 % de los casos no incumplían los límites legales, que deben ser revisados porque no tienen en cuenta que los plaguicidas disruptores hormonales actúan a muy bajas dosis».
Añaden que tampoco tienen en cuenta los límites legales el efecto combinado de multitud de sustancias, un efecto que pone en riesgo la seguridad alimentaria y que no puede ser analizado en ningún estudio de toxicidad, «algo sobre lo que alerta la comunidad científica».
Cóctel de plaguicidas
«El cóctel de plaguicidas se produce, en el 22 % de las ocasiones, en un mismo alimento, con múltiples muestras contaminadas con varios plaguicidas (el caso extremo es el de una muestra de pera que contenía residuos de 9 plaguicidas distintos)», explica Ecologistas en Acción.
Y no sólo afectaría a los consumidores, ya que también se pone en riesgo la salud de las personas que trabajan en el campo, en demasiadas ocasiones, sin las medidas de seguridad adecuadas.
Otro de los efectos colaterales, y no menos irrelevantes, es que estos compuestos «suponen la devastación del entorno natural que rodea los campos en los que se aplican los plaguicidas, afectando gravemente a la biodiversidad», añade la entidad ecologista.
La lista de alimentos con plaguicidas
Las frutas y verduras son el grupo donde se han detectado el mayor número de residuos de plaguicidas, 96 sustancias diferentes, 58 de las cuales son disruptores endocrinos.
Los alimentos con mayor número de plaguicidas EDC son los tomates (19) y las manzanas y naranjas (16). El número total de plaguicidas diferentes que se detectaron fue mucho más elevado, 31 en el caso de los tomates, 22 en las manzanas y 21 en las naranjas.
El informe apunta que «cada año cambia el orden de este ranquin de contaminación. Esto es debido a la discrecionalidad del muestreo y a los plaguicidas aplicados, que pueden variar por diversas causas, como las climáticas. No obstante, lo que sí persiste, independientemente del orden que ocupen, es la importante contaminación de frutas y verduras de la producción agrícola convencional».
Glisofato, el más vendido
Por último, se advierte que los plaguicidas presentes son más de los analizados, «ya que AESAN no busca en sus análisis la presencia de las sustancias que realmente emplea la agricultura, como el glifosato, el segundo pesticida más vendido en España en 2022, pero cuya presencia no se buscó en ninguna muestra».
Como conclusión, el informe asevera que se deduce que España sigue apostando por un sistema alimentario muy dependiente de los pesticidas que pone en riesgo la salud de la población, las trabajadoras y la naturaleza.
Mejora de los controles
El documento apunta que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria «debe mejorar el control de los alimentos, ampliando el número de muestras analizadas, así como el número de plaguicidas analizados en cada muestra, entre los que se debería incluir los fitosanitarios realmente utilizados en los campos, como el glifosato».
Por otro lado, para Ecologistas en Acción, «el Ministerio de Agricultura debería cambiar el rumbo que ha seguido durante demasiados años y ayudar a que los alimentos producidos en España se diferencien como productos saludables y sin tóxicos que permiten vivir dignamente a sus productoras».