Cuidado con dejarte algo en el plato del restaurante, te podrían cobrar por hacerlo
Esta ley lo cambia todo si te dejas comida en el plato, te contamos las nuevas normas
El consumidor podrá llevarse los alimentos que no haya consumido sin coste adicional en algunos casos
La nueva norma podría conllevar sanciones de hasta 500.000 a los empresarios que no la cumplan
Los clientes que consuman en un restaurante y se dejen comida en el plato tendrán que estar atentos a los cambios que se avecinan, ya que las reglas van a cambiar radicalmente en el sector de la hostelería cuando termine de aprobarse en el Senado una nueva ley contra el desperdicio alimentario.
La cámara baja ha dado luz verde al dictamen del proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y del Desperdicio Alimentario, una iniciativa que obligará a los hosteleros, clientes y a toda la cadena de valor asociada con los productos alimenticios a cambiar procedimientos y hábitos. Incluso podría conllevar multas de hasta 500.00 a los empresarios que no la cumplan.
Desperdicio alimentario
Toda la norma va dirigida reducir el desperdicio alimentario que, en el caso de España durante el año 2022, supuso que cada hogar español tiró a la basura una media de aproximadamente 65,5 kilos o litros de alimentos y bebidas.
Los productos sin elaborar siguen siendo los más desperdiciados, aunque en 2022 fueron un 9 % menos que en 2021. Respecto a los platos cocinados, su desperdicio aumentó un 6,7 % respecto a 2021.
Comer fuera de casa
En cuanto al comportamiento fuera del hogar, aunque el consumo alimentario aumentó un 6,1 % en el año 2022, se produjo una reducción del desperdicio del 11,3 %, lo que supuso una reducción en más de 4 millones de kilos o litros respecto del 2021, un problema que pretende remediar la nueva ley. El control del desperdicio alimentario va encaminado a que no quede ni un resto de comida en el plato del restaurante, entre otras cosas.
Desde el Gobierno español se destaca que «los datos reflejan que se camina en una buena dirección, pero resulta necesario continuar la labor de sensibilización y educación sobre el control de los productos frescos perecederos y no perecederos, y su aprovechamiento, en especial tras la implementación de las nuevas rutinas tanto de trabajo como de consumo fuera del hogar».
En este sentido, la nueva ley se centra sobre todo en la hostelería y en la cadena de valor, lo que va a obligar a cambiar muchos comportamientos individuales y empresariales cuando salga aprobada del Senado.
Impacto social y ambiental
La norma está encaminada a reducir drásticamente el volumen de pérdidas y desperdicio alimentario, ya que «perjudica especialmente a los más necesitados, al encarecer el acceso a bienes de primera necesidad; malgasta recursos naturales escasos y aumenta los residuos y el impacto ambiental», según el texto aprobado en la cámara baja.
Además, el no aprovechar los alimentos «lastra la eficiencia del sector productivo y su competitividad. Es, por tanto, una obligación también para todos los operadores de la cadena, y una tarea que debe implicar al conjunto de la sociedad», refleja el espíritu de la nueva norma.
Entre las causas del desperdicio alimentario están los errores en la planificación y calendario de cosecha, empleo de prácticas de producción y manipulación inadecuadas, deficiencia en las condiciones de almacenamiento, malas técnicas de venta al por menor y prácticas de los proveedores de servicios, y el comportamiento inapropiado de los consumidores.
Priorizar el consumo humano
La nueva norma busca fomentar así la utilización eficiente de los alimentos, la recuperación, la reutilización de subproductos, la donación y contribuir de esta manera a satisfacer las necesidades alimentarias de la población más vulnerable.
De esta forma se prioriza el consumo humano, a través de la donación o redistribución de los alimentos, la transformación de los alimentos (zumos, mermeladas) y, cuando no sean aptos para el consumo humano, la preferencia de uso será la alimentación animal, la fabricación de piensos o la obtención de compost o biocombustibles.
Llevarse las sobras a casa
En cuanto la norma esté lista se obligará al restaurante a facilitar al consumidor que pueda llevarse los alimentos que haya dejado en el plato sin coste adicional cuando los envases sean reutilizables o fácilmente reciclables, si bien debería cobrar por los envases de plásticos de un solo uso como establece la Ley de residuos 7/2022.
Es decir, si no te has comido todo el plato en el restaurante, puedes exigir que las sobras de alimentos no consumidos puedan ser llevadas a casa, una opción que ya ofrecen muchos restaurantes derribando la mala imagen o la vergüenza que conllevaba solicitarlo hace años.
Aprovechar los productos feos
Además de no dejar ni rastro de comida en el plato del restaurante, otro aspecto es que la ley también articula medidas de buenas prácticas en cuestiones como la venta de productos considerados feos, imperfectos o poco estéticos, de productos de temporada, de proximidad o ecológicos. Además, también contempla opciones para la venta de productos de consumo preferente o de caducidad próxima.
En el fondo, el objetivo de la norma es el de «no permitirnos el lujo de desperdiciar el trabajo de agricultores, ganaderos y pescadores o despilfarrar recursos como el agua, la energía o los fertilizantes», según señalan desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Donación de excedentes
Los bares y restaurantes de más de 1.300 metros cuadrados de superficie tendrán la obligación de donar los excedentes de comida, liberando de esta imposición a los negocios que tengan menor tamaño, tras una enmienda de última hora.
De esa obligación también quedan exceptuadas las actividades de transformación, comercio minorista, distribución alimentaria, las microempresas y las pequeñas explotaciones agrarias.
Tipo impositivo a las donaciones
Además, para incentivar la salida de alimentos, se establece un mecanismo para la aplicación inmediata del tipo impositivo del 0% a todas las entregas de bienes, en especies o dinerarias, realizadas en concepto de donativos para la adquisición de alimentos o artículos de primera necesidad a las entidades sin fines lucrativos.
Esas entidades pueden ser fundaciones, asociaciones declaradas de utilidad pública, organizaciones de cooperación internacional para el desarrollo, federaciones deportivas estatales o autonómicas en las que esté integrado el Comité Olímpico Español y el Comité Paralímpico o que no tengan fines lucrativas.
La enmienda establece que este régimen tributario del cero por ciento «se aplicará exclusivamente a los alimentos y bienes que serán utilizados para donaciones, y se excluyen los productos».
Multas de hasta 500.000 euros
Como todas las leyes, cuenta con un régimen sancionador considerando una infracción grave, por ejemplo, el no contar con un plan empresarial de prevención y reducción del desperdicio y los residuos alimentarios en caso de estar obligados. La misma tipificación tendrá la destrucción intencionada o la alteración de alimentos que reúnan las condiciones adecuadas para su consumo.
En cuanto a las multas, la norma prevé sanciones con apercibimiento o multa de hasta 2.000 euros para infracciones leves, de entre 2.001 euros y 60.000 para las graves y de 60.001 y 500.000 euros para las muy graves.