Coche Trucos

El truco de la moneda que se ha puesto de moda entre los estafadores: así es como roban dentro de tu coche

Truco de la moneda

En los últimos años, las estafas que afectan a los conductores han aumentado a un ritmo alarmante. Hasta hace relativamente poco, los robos en los vehículos dependían de la fuerza bruta o del despiste del conductor al, por ejemplo, dejar las puertas abiertas. Sin embargo, los delincuentes han desarrollado técnicas cada vez más sutiles y efectivas, como el truco de la moneda. El abogado Andrés Millán ha compartido en uno de sus últimos vídeos cómo funciona este método, tan sencillo como peligroso.

Una de las grandes reflexiones que deja el truco de la moneda es cómo las prisas nos vuelven extremadamente vulnerables. Al salir del coche, solemos pensar en llegar a tiempo al trabajo o en recoger a los niños. El abogado Millán lo resume con claridad: «las prisas pueden jugarnos una mala pasada. Basta con un gesto rápido para que todo el sistema de seguridad de tu vehículo quede inutilizado». Por eso, el hecho de cerrar el coche no tiene que ser un acto automático, sino conscientes.

¿En qué consiste el truco de la moneda?

El modus operandi comienza en lugares muy concurridos como áreas de servicio, gasolineras, aparcamientos de centros comerciales o parkings públicos. Allí, mientras el conductor maniobra para estacionar, se acerca una persona para colocar una moneda o un pequeño objeto metálico en la ranura de la manilla de la puerta del copiloto o de una puerta trasera. Al hacerlo, se impide que el sistema de cierre centralizado funcione correctamente.

De este modo, cuando el conductor sale del coche y pulsa el botón del mando para cerrarlo, una de las puertas se queda abierta sin que se dé cuenta. A partir de ahí, los ladrones tienen vía libre: basta con esperar a que el conductor se aleje para acceder al interior y llevarse objetos de de valor.

En este contexto, las autoridades alertan del peligro de dejar las llaves de casa en la guantera; aquí también se guardan ciertos documentos, como el último recibo del seguro. Por lo tanto, si los delincuentes acceden al interior del vehículo, se hacen con las llaves y conocen la dirección del domicilio, pueden llevar a cabo un robo en la vivienda.

Lo peligroso de este método es que no deja señales visibles. El conductor confía en que, al pulsar el botón del mando, el coche se ha cerrado. Además, en muchos modelos modernos, el sonido del cierre y las luces intermitentes pueden dar la falsa sensación de seguridad.

Millán explica que la clave está en la distracción inicial: al aparcar el coche en una plaza estrecha o atender a alguien que se acerca a hablar, el conductor no se da cuenta del gesto de quien coloca la moneda. Es un acto que puede pasar desapercibido en cuestión de segundos. Por eso, la prevención es clave.

Cómo evitar caer en la trampa

Para no ser víctima del truco de la moneda, los expertos recomiendan:

  • Una vez accionado el mando, tira con suavidad de al menos una manilla para asegurarte de que realmente has cerrado el coche.
  • Si alguien se acerca al vehículo sin motivo aparente mientras aparcas, mantén la calma pero no pierdas de vista sus movimientos.
  • Los ladrones suelen acercarse con excusas como preguntar una dirección o señalar un supuesto desperfecto en el coche. Desconfía de este tipo de distracciones.
  • Algunos vehículos permiten añadir sistemas de seguridad secundarios que avisan en caso de manipulación.

¿Qué hacer si sospechas que has sido víctima?

Si descubres una moneda en la manilla o notas que una puerta no ha quedado cerrada:

  • No toques nada y revisa con calma: comprueba si falta algún objeto.
  • Avisa al personal de seguridad si ocurre en un aparcamiento privado o centro comercial.
  • Denuncia en la comisaría más cercana para dejar constancia de lo ocurrido.

El truco de la moneda es un ejemplo claro de cómo la delincuencia se reinventa aprovechándose de nuestras rutinas. La próxima vez que aparques tu coche, recuerda: mira a tu alrededor, comprueba el cierre y no subestimes lo que una simple moneda puede llegar a hacer.

 

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En el lenguaje cotidiano se suele hablar indistintamente de «robo» y «hurto», pero desde el punto de vista jurídico no son lo mismo. El Código Penal define el hurto en su artículo 234: «el que, con ánimo de lucro, tomare las cosas muebles ajenas sin la voluntad de su dueño, será castigado, como responsable de hurto, con la pena de prisión de seis a dieciocho meses si la cuantía de lo sustraído excede de 400 euros». Por su parte, el robo con violencia o intimidación aparece tipificado en el artículo 242: «el culpable de robo con violencia o intimidación en las personas será castigado con la pena de prisión de dos a cinco años». Algunos seguros pueden no hacerse cargo de la cantidad de dinero o los bienes sustraídos si no se especifica en la póliza.

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