Donald Trump

Primero China y ahora EEUU: BMW, Volkswagen y Mercedes temen nuevos aranceles tras la victoria de Trump

El sector ha registrado este miércoles caídas de hasta un 7% en Bolsa

Otra era Trump para EEUU
Interior del Mercedes EQS SUV

Tras la victoria electoral de Donald Trump en EEUU, los fabricantes europeos temen una nueva guerra comercial, en medio de las disputas con Pekín por el desembarco de los coches 100% eléctricos de las marcas chinas en el Viejo Continente.

Durante la campaña, el candidato republicano planteó la posibilidad de imponer aranceles a los automóviles fabricados fuera de Estados Unidos con el objetivo de proteger la producción industrial y el empleo en el país. Una medida que, a pesar de no estar confirmada por el momento, ha provocado un terremoto bursátil este miércoles en el sector con caídas de hasta un 7% para los fabricantes automovilísticos alemanes.

Los temores a nuevas tasas a los envíos de coches, con los que Trump ha amenazado a las mercancías procedentes de la Unión Europea, hicieron que las acciones de BMW, Volkswagen, Mercedes-Benz y Porsche cayeran entre un 5,2% y un 7,7% en la jornada de este miércoles. En concreto, las acciones de Porsche, que no tiene instalaciones de producción en Estados Unidos, alcanzaron su nivel más bajo desde su oferta pública inicial en septiembre de 2022.

Un informe de Goldman Sachs, al que ha tenido acceso este diario, estima que en caso de que Estados Unidos aumente los aranceles, entre un 7,5% y un 17,5%, el mayor obstáculo para el EBIT se encontrará en marcas como Mercedes, Porsche, BMW y Volkswagen.

El mercado estadounidense representó un 13% de los 3,1 millones de exportaciones alemanas de automóviles de pasajeros en 2023, lo que lo convierte en el mayor mercado de exportación individual, por delante de China y Reino Unido.

Esto se debe a que Estados Unidos se ha convertido en un mercado cada vez más rentable para los fabricantes de automóviles alemanes debido a la sólida demanda de SUV grandes y a una transición más lenta hacia los vehículos eléctricos que en Europa, lo que les permite vender más de sus modelos con motor de combustión, que ofrecen mayores márgenes de beneficio.

Otra era Trump para EEUU

Durante su campaña electoral, Trump prometió a sus votantes imponer aranceles a los automóviles fabricados fuera de las fronteras de Estados Unidos. De hecho, ha llegado a asegurar que arancel es su palabra favorita, ya que los ve como generadores de ingresos que ayudarían a llenar las arcas del gobierno, eliminando, así, el déficit comercial.

Un conflicto con Washington que generaría otro problema para los fabricantes alemanes, que ya se enfrentan a una dura competencia en China en medio de las presiones de una débil demanda en Europa.

«Quiero que las empresas automovilísticas alemanas se conviertan en empresas automovilísticas estadounidenses y quiero que construyan sus plantas aquí», dijo Trump durante un discurso en Savannah (Georgia), el pasado mes de septiembre. La mayor parte de las marcas ya cuentan con producción en el país, donde construyen automóviles tanto para compradores locales como para exportación más allá de las fronteras de Estados Unidos, lo que significa que cualquier contramedida europea podría aumentar las consecuencias de una disputa comercial.

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