Ortega Cano confirma la fecha de su boda y su invitación a Rocío Carrasco
Ortega Cano y Ana María Aldón dan un nuevo paso en su relación. Tras haber sido padres hace cuatro años, la pareja se casa “porque queremos”, sin más motivos que la celebración de su amor, como afirma el torero en una entrevista con la revista ‘Hola’. El evento se celebrará el próximo 30 de septiembre y será en los alrededores de Madrid. Una boda por todo lo alto, con 150 invitados, y con nombres invitados de la talla de Rocío Carrasco: “Voy a enviarla la invitación, si viene o no es cosa de ella”, contesta Ortega Cano, el que fuera marido de la difunta Rocío Jurado. Como también estarán invitados Amador Mohedano y Gloria Mohedano, en medio del conflicto familiar que viven con su sobrina. El torero ha decido cumplir con todos a la espera de las decisiones que tome la familia de Rocío Jurado.
Tal y como confirma la pareja, la boda no se podrá realizar por la iglesia. Aunque por parte de Ortega Cano sería posible al ser viudo, Ana María Aldón no ha conseguido la nulidad de su anterior matrimonio. El diseño del vestido ya está en la mente de la novia, que ya ha acabado sus estudios en diseño, lo hará en colaboración con el diseñador Emilio Salinas. Los anillos, que todavía no están presentes, se decidirán en breve, como los nombres de los testigos. Lo que sí han confirmado es el papel de su pequeño, José María, que llevará los anillos y será un protagonista más del enlace. De hecho, el retoño fue uno de los motivos del casamiento.
José Fernando, en buen camino
Ortega Cano también contestó a las preguntas sobre su hijo José Fernando, el cual según confirmó el propio torero ha recibido la noticia de que tendrá plaza en el centro de Ciempozuelos de la Comunidad de Madrid, donde podrá seguir con su tratamiento. “Estará dos o tres años más, enseñándole a ver un futuro de luz y de vida”, dijo Cano.
Ana María, por su parte, se encuentra en un momento espléndido, tras acabar el curso encara la boda como madre y abuela al mismo tiempo. Una situación que lleva con naturalidad: “¿Qué más me da ser abuela con cuarenta años?