El esperpéntico debut de la ‘novia’ de Julián Muñoz: "Coqueteamos con el juego de la atracción"
Estrenándose por todo lo alto. Así es como Liz, la supuesta novia de Julián Muñoz, se ha presentando en el programa ‘Sálvame’. La venezolana irrumpió en el panorama mediático tras el polémico vídeo en el que el exedil bailaba una sevillana junto a una mujer rubia. Este vídeo le ha costado el reingreso el centro de inserción social de Algeciras, una escapada que le ha terminado saliendo muy cara. El abogado de Muñoz ha declarado a través de una rueda de prensa que el vídeo ha sido producto de una encerrona que le han hecho a su defendido, una «trampa» que según algunas voces podría venir ejecutada por la nueva ‘novia’ de Julian. «Me molesta que me acusen de manejar el vídeo. Yo no he trampeado nada», ha confesado la venezolana a Jorge Javier Vázquez.
Según el abogado de Julián Muñoz, su cliente podría haber sido víctima de una «trampa»/Gtres
La repentina historia de amor entre el exalcalde y Liz ha resultado muy extraña tanto para los medios como para el entorno de Julián. «Llevamos poco tiempo juntos, más o menos dos semanas. Puedo decir que soy su novia por cómo nos tratamos», dice el supuesto nuevo amor de Muñoz. En una entrevista plagada de escepticismo por parte de los colaboradores de ‘Sálvame’, Liz ha contado la manera en la que conoció al exnovio de Isabel Pantoja. Una historia que no ha convencido a los presentes en plató. «Yo trabajo con unas máquinas de estética y fui a un club de pádel. Allí conocí a Julián. Nadie nos presentó, hubo un ‘click’ desde el primer momento», confiesa esta mujer, y añade: «Me encantó, me llamó mucho la atención, y empezamos a jugar al juego de la atracción. Él tiene mucho porte y ya nos empezamos a ver al otro día».
Tras escuchar las declaraciones de Liz, el programa ha decidido emitir unas imágenes donde aparecía la venezolana por las calles de Marbella asediada por un misterioso reportero. Analizando el vídeo se podían apreciar ciertos detalles que podrían evidenciar un montaje por parte de la venezolana. Por un lado se destaca la actitud impostada de la susodicha, una postura poco natural que iba acompañada de una sospechosa sombra, la del reportero, que parece cogerla de la mano. Esto ha sido la percha perfecta para que se acuse a Liz de hacer un montaje con su supuesto marido, de nombre Tomy. Una acusación de la que la venezolana se ha desvinculado en todo momento.
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¿Forma parte de una trampa a Julián Muñoz? La sombra de la duda queda sobre esta mujer que con su cuestionable testimonio parece querer introducirse en los rescoldo de la prensa rosa.