Irene Villa, obligada a pasar de nuevo por quirófano
Hablar de Irene Villa es hablar de superación y ganas de seguir adelante. Y no solo por haberlo logrado todo tras sufrir un atentado de ETA cuando apenas tenía 12 años en el que perdió las piernas y tres dedos de una mano, sino porque 20 años después sigue demostrando a todo el mundo que no hay excusas que valgan y que querer es poder.
El último ejemplo ha tenido lugar hace unos días cuando Irene, que estaba a punto de cumplir uno de sus sueños, viajar a Tailandia, sufrió un percance por el que otros muchos hubieran tirado la toalla. Antes de poner rumbo al país asiático, uno de los tornillos de sus piernas se rompió y, lejos de posponer el viaje, se subió al avión acompañada de unas muletas.
«Pues así me tuve que ir a Tailandia, ¡a la pata coja! Porque el tornillo del fémur, después casi 7 benditos años sin dar problemas, se rompió precisamente el día antes de cumplir este gran sueño de conocer ese apasionante país asiático», comienza explicando. «¿Que eso me iba a parar? ¡Ni en broma! Y efectivamente han sido unos días mágicos e inolvidables en un país quizás no tan ‘handicap friendly’ como España, pero ‘friendly & amazing’, ¡un rato!».
Irene Villa presentó su libro ‘Saber que se puede’ el pasado mes de enero / Gtres
Ahora que está de vuelta en casa, Irene ya ha empezado a preparar su vuelta al quirófano y es que para sustituir el tornillo roto tiene que viajar a Gotemburgo. Eso sí, le ha dado tiempo para acordarse de un día muy especial para ella, Sant Jordi, y es que también tiene una importante faceta como escritora. «Ahora, entre avión y avión para llegar a Gotemburgo, donde paso por ‘boxes’ cuando el tornillo lo requiere, pensaba en este bonito día que siempre celebré firmando libros… ¡Sant Jordi!! Pues, a seguir escribiendo cada uno el libro de su vida y a no frenarse por nada. Porque a lo que te resistes… persiste. Mis hijos me han besado ‘el torni’ para que regrese a casa andando de una vez».