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Este accesorio híbrido entre joya y utilidad se impone: los collares-cartera llegan para quedarse en 2026

Los collares-cartera —también conocidos como neck wallets en la jerga anglosajona— son pequeños bolsos

Su diseño combina la estética de un collar con la utilidad de una pequeña bolsa

Se consolidan como un símbolo de una nueva manera de entender la moda

Este accesorio híbrido entre joya y utilidad se impone: los collares-cartera llegan para quedarse en 2026

Durante los últimos años, los límites entre moda y funcionalidad se han difuminado. En un mundo cada vez más móvil, los accesorios ya no son simples complementos estéticos, sino piezas que acompañan el ritmo acelerado de la vida cotidiana. De este contexto urbano y práctico surgen los collares-cartera, una tendencia que ha conquistado pasarelas, redes sociales y calles de medio mundo. Su diseño, que combina la estética de un collar con la utilidad de una pequeña bolsa o cartera colgante, responde al deseo contemporáneo de unir estilo y practicidad sin sacrificar la elegancia.

Lejos de ser una mera novedad, los collares-cartera se consolidan como un símbolo de una nueva manera de entender la moda: más libre, versátil y con vocación de acompañar al usuario en cualquier situación. Este tipo de accesorio se popularizó en los últimos años gracias a diseñadores que apuestan por la simplicidad y la comodidad como máximas de diseño, ofreciendo versiones en piel, tejidos sintéticos o incluso metal. En colecciones recientes de firmas internacionales como Loewe, Hermès o Jacquemus, esta pieza ha cobrado protagonismo por su capacidad de unir el minimalismo del diseño con la practicidad de tener a mano lo esencial —desde una tarjeta hasta el teléfono móvil—.

Qué son los collares-cartera y por qué están de moda

Los collares-cartera —también conocidos como neck wallets en la jerga anglosajona— son pequeños bolsos o fundas que se llevan colgados al cuello mediante una correa o cadena. Su forma puede variar, pero en general adoptan el aspecto de una cartera rectangular, similar a una funda de pasaporte o un monedero plano.

Foto Zara

Lo que distingue a estos accesorios es su posición en el cuerpo, más cercana al pecho que a la cintura, y su vocación estética: no se ocultan bajo la ropa, sino que se integran en el conjunto como un elemento de estilo visible.

Esta tendencia combina lo mejor de dos mundos. Por un lado, conserva la funcionalidad del bolso —capaz de guardar pequeños objetos personales—; por otro, mantiene la ligereza de un collar, aportando un toque moderno, limpio y estructurado a cualquier conjunto.

El auge de la moda funcional

El éxito de los collares-cartera no puede entenderse sin observar el auge de la moda funcional. Desde el minimalismo escandinavo hasta el diseño japonés contemporáneo, la idea de que cada prenda debe cumplir una función concreta ha marcado las últimas temporadas. Según un informe de la European Fashion Heritage Association, el diseño de accesorios con “usabilidad estética” —es decir, belleza y función equilibradas— ha crecido más de un 35% en las marcas europeas entre 2020 y 2024.

Estos accesorios encarnan esa filosofía: son piezas que liberan las manos, reducen la necesidad de bolsos voluminosos y ofrecen una nueva forma de expresión personal. Además, reflejan una sensibilidad medioambiental creciente. Al optar por un solo accesorio que cumple varias funciones, el consumidor apuesta por un consumo más racional y sostenible, un tema que la Comisión Europea ha destacado en sus estrategias sobre economía circular y diseño responsable dentro del sector textil.

Foto: temu

Cómo llevarlos con estilo

Integrar un collar-cartera en el vestuario diario no requiere experiencia en moda, pero sí una cierta atención a las proporciones y materiales. Las versiones más refinadas, en cuero o metal pulido, resultan ideales para acompañar conjuntos de líneas minimalistas, como camisas blancas o trajes fluidos. En cambio, los modelos de tela o nylon se adaptan mejor a estilos informales y urbanos.

Un truco recurrente entre estilistas es jugar con los contrastes: combinar un collar-cartera de textura llamativa —por ejemplo, piel con relieve o acabado metálico— con prendas básicas en tonos neutros. De esta manera, el accesorio se convierte en el centro del look. Además, su longitud puede ajustarse para lograr distintos efectos visuales: más corto, ofrece un aire sofisticado; más largo, transmite una actitud relajada y contemporánea.

Las firmas de lujo y las marcas de moda rápida han coincidido en su adopción, lo que demuestra su versatilidad. En los desfiles más recientes, se han visto combinados con camisas oversize, vestidos satinados y pantalones amplios, reforzando esa estética que une lo práctico con lo elegante.

Una tendencia con futuro

Todo indica que los collares-cartera seguirán ganando presencia en los próximos años. En un momento en que la tecnología redefine la forma en que nos movemos y nos relacionamos, este accesorio se adapta a la perfección a las necesidades de quienes buscan ligereza y seguridad sin renunciar al estilo.

Su éxito no se limita a las pasarelas: también se observa en el creciente interés de las generaciones jóvenes por los complementos modulares y multifuncionales. En redes sociales como Instagram y TikTok, los hashtags relacionados con esta tendencia superan ya los millones de visualizaciones, consolidando su estatus como icono contemporáneo.

Más allá de la moda, este complemento es una manera de vivir y vestir acorde con los tiempos: movimiento, comodidad y elegancia. Piezas pequeñas que, sin embargo, redefinen el concepto de accesorio en el siglo XXI.

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