Sarah Ferguson, el único ‘salvavidas’ del duque de York
La duquesa de York no es un miembro de la Familia Real, pero su papel para la familia de Carlos III es fundamental en estos momentos.
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Sarah Ferguson es una de las figuras más peculiares del entorno de la Familia Real Británica. A pesar de que desde su divorcio del príncipe Andrés a mediados de los años noventa no es un miembro de ‘La Firma’, la duquesa de York ha seguido muy de cerca los pasos de los integrantes de la Familia Real y ha sabido recuperar el cariño de algunos de ellos, pese a las polémicas del pasado. Tanto es así que, en los últimos años de vida de la Reina Isabel, Fergie era una presencia habitual, siempre de la mano del príncipe Andrés.
Sarah Ferguson en una imagen de archivo en Nueva York. / Gtres
No así para el anterior duque de Edimburgo, que nunca le perdonó a la que fuera su nuera algunas cosas, como el bochornoso episodio con el empresario John Bryan que provocó la separación de los duques de York. La Reina Isabel era más flexible que su marido y acabó abriéndole los brazos de nuevo a Sarah, consciente de que ella seguía haciendo sonreír al que siempre se ha dicho que era su hijo predilecto.
Y es que los últimos años han sido muy complicados para el duque de York, no por circunstancias ajenas a él, sino porque su conducta ha sido cualquier cosa menos adecuada. Su amistad con el magnate Jeffrey Epstein fue la punta de un iceberg que casi acaba con Andrés sentado en un banquillo en Estados Unidos aunque, finalmente, consiguió llegar a un acuerdo con Virginia Giuffre, que le había demandado por, presuntamente, haber abusado de ella cuando aún era menor. La verdad de la cuestión nunca ha visto la luz, dado que, al no haber juicio, es imposible que un tribunal determine la culpabilidad o inocencia del duque, aunque lo cierto es que la imagen del hermano de Carlos III no se ha recuperado jamás. No obstante, fuentes cercanas a Andrés aseguran que el príncipe lamenta mucho su actitud y el daño que ha podido ocasionar a la institución.
Un detalle que a Andrés le ha pasado factura. El príncipe ha perdido su posición dentro de la Familia Real y su asignación como miembro. Es más, con la muerte de la Reina Isabel está aún más desamparado porque, al fin y al cabo, su madre le respaldaba de alguna manera. El rey Carlos no va a darle la espalda a nivel familiar, pero durante un tiempo presionó en cierta medida para que el duque de York abandonara el Royal Lodge y se instalara en Frogmore Cottage. Finalmente, ante las constantes reticencias de Andrés, Carlos le ha dado una tregua y le ha permitido quedarse en su residencia, eso sí, tiene que asumir los costes derivados de las reformas y reparaciones más urgentes que necesita la propiedad.
Sarah Ferguson en un acto oficial. / Gtres
Una cuestión para la que, según algunos medios británicos como The Mirror, Sarah Ferguson se ha prestado a ayudarle. La duquesa de York no tiene tratamiento de Alteza Real ni ninguna relevancia en la estructura de ‘La Firma’, pero su papel en los últimos años ha sido fundamental para que el príncipe Andrés no se hundiera. La salida del núcleo central de los Windsor y la pérdida de todo papel oficial han sido devastadoras para Andrés, tanto que incluso sus hijas han mostrado preocupación y han hecho partícipes de la situación al monarca.
Tal como ha trascendido, la duquesa de York tiene previsto sacar adelante su propio programa de entrevistas -al estilo del podcast que tiene en Reino Unido-, para poder ayudar a su ex marido a afrontar los costes de las reparaciones de su residencia. Una iniciativa muy generosa por parte de Fergie, que vuelve a poner sobre la mesa su carácter generoso y lo importante que es para ella el príncipe Andrés.
Sarah Ferguson en el funeral de la Reina Isabel. / Gtres
A pesar de que no ha sido fácil, Sarah ha permanecido a su lado y ha sido su mayor apoyo en su momento más complicado. La duquesa ha mantenido su agenda paralela, volcada en sus diferentes compromisos y, en los últimos meses, en su salud -se tuvo que someter a una mastectomía después de que se le detectara un tumor en el pecho-, pero ha seguido al pie del cañón al lado de Andrés, del que no duda en destacar su buen carácter y otras cualidades, especialmente, su papel como abuelo. A día de hoy, es imposible disociar la figura del príncipe Andrés sin Sarah Ferguson que, de una manera u otra, se ha convertido en la clave de su supervivencia y un soplo de tranquilidad para el propio Carlos III. Y es que no hay que olvidar que, aunque la monarquía tiene que estar por encima de la familia, el soberano no ha dejado de mostrar su preocupación por su hermano menor, al que no ha dado la espalda a nivel familiar y del que sabe que está en buenas manos.