Así fue el paso del Rey Felipe por la Academia de Zaragoza, donde ahora ingresa Leonor
La hija mayor de los Reyes está a punto de comenzar la primera etapa de su formación militar en la Academia de Zaragoza.
De Zaragoza a Murcia: así son los escenarios de la formación militar de la Princesa Leonor
Todo lo que se sabe de la incorporación de la Princesa Leonor a Zaragoza
Leonor en Zaragoza: cuarto individual, sin tratamiento real y una curiosa diferenciación académica
Quedan pocos días para que la Princesa Leonor comience una de las etapas más importantes de su vida. El próximo 17 de agosto, la hija mayor de los Reyes don Felipe y doña Letizia ingresará en la Academia General Militar de Zaragoza, para el primero de los años de su formación militar. Lo hará en torno a las 10:00 de la mañana y en compañía de su familia, como el resto de estudiantes. Con sus padres y probablemente su hermana, podrá recorrer las instalaciones del centro, donde va a pasar los próximos meses, aunque ya hace algunas semanas tuvo la oportunidad de conocer la academia en un acto oficial en el que acompañó al Rey.
El Rey junto a la Princesa Leonor en Zaragoza. / Gtres
Según confirmaron fuentes oficiales meses atrás, Leonor seguirá los pasos de don Felipe en lo que a formación militar se refiere y pasará por las tres academias antes de comenzar sus estudios universitarios. En el caso de la heredera, llega a Zaragoza tras poner punto final al Bachillerato Internacional en Gales el pasado mes de mayo, mientras que su padre lo hizo al terminar el curso de COU en el Lakefield School de Canadá.
El Rey Felipe en Canadá. / Gtres
Casi 40 años separan el ingreso del Rey en Zaragoza del de su hija. El actual monarca comenzó su formación militar en 1985, con 17 años, primero en la Academia General Militar de Zaragoza, según el esquema proyectado por Zarzuela. Sin embargo, no fue en el centro castrense de Aragón en el primer lugar en el que se vio a don Felipe vestido de militar. Casi una década antes, en mayo de 1977, el entonces Príncipe firmó el documento de filiación básica de adiestramiento en las filas del Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey Número 1, el más antiguo del Ejército, y en cuyas filas también estuvo Alfonso XII. Ahora que Leonor está a punto de ingresar en Zaragoza, resulta relevante recordar cómo fue el paso de don Felipe por la academia. Una etapa marcada por la disciplina y la exigencia, que a partir de este momento también regirán la vida de la Princesa.
El Rey Felipe en su paso por Zaragoza. / Gtres
Mientras que la hija mayor de los Reyes ingresa en la academia en el mes de agosto, su padre lo hizo a comienzos de septiembre. Cuentan las crónicas de la época que el Príncipe pidió a sus compañeros que le llamaran Felipe, aunque al principio se dirigían a él como ‘Alteza’. No obstante, pronto fue uno más de ellos. Pocas semanas después, en octubre, juró bandera en presencia de don Juan Carlos y doña Sofía y el presidente Felipe González, besando una enseña bordada por su bisabuela, la Reina María Cristina. Está previsto que Leonor jure bandera de cara a octubre, en una ceremonia similar a la que protagonizó don Felipe, con el uniforme de gala, con la academia formada en el patio central y en presencia de diferentes autoridades.
El Rey Felipe en su paso por Zaragoza. / Gtres
Don Felipe formó parte de la XLIV promoción. El Rey era uno más de los cadetes, aunque tenía una camareta individual, eso sí, similar a la del resto de alumnos. Con ellos compartía aula en asignaturas como armamento, tiro, topografía o balística, así como guardias nocturnas. Durante el tiempo que estuvo en la academia de Zaragoza también pudo practicar diferentes deportes, como baloncesto, equitación y, especialmente esquí -uno de sus preferidos y al que hoy sigue dedicando tiempo-.
El Rey Felipe en su paso por Zaragoza. / Gtres
Asimismo, aprovechaba los días libres para salir con compañeros y, aunque al principio se mostraba muy tímido, poco a poco fue cogiendo confianza. Algunas fuentes cuentan que nunca dejaba que le invitaran y que se empeñaba en que se le tratara como si fuera uno más, sin distinciones. De hecho, no se libró de castigos -sobre todo por impuntual, ya que se le pegaban las sábanas-, o por alguna anécdota más. En julio de 1986, Juan Carlos I le entregó su despacho de alférez, con lo que puso fin a su estancia en Zaragoza, aunque se sabe que todavía, a día de hoy, se sigue reuniendo de manera recurrente con algunos de sus compañeros.
Con este bagaje y, probablemente, con todos los consejos que habrá recibido de su padre, ahora solo queda esperar a ver cómo se desenvuelve Leonor en esta nueva etapa de la que, seguro trascienden algunos detalles y anécdotas que nos permitirán conocer mucho mejor a la futura reina.