George de Cambridge, eclipsado en su gran día por una reaparición cargada de significado
George de Cambridge se hace mayor. El primogénito del príncipe Guillermo y Kate Middleton cumple siete años y lo hace en un momento delicado a nivel mundial, así como para la propia institución, que vive sus horas más bajas. La crisis sanitaria de coronavirus ha puesto de manifiesto un ligero vacío en la Corona, debido a que tanto la Reina como el duque de Edimburgo se han tenido que recluir en el Castillo de Windsor y a que el príncipe de Gales resultó infectado, lo que dejó a los Cambridge como rostro visible de “La Firma”.
Sin embargo, no ha sido la COVID-19 la que ha dejado en evidencia los problemas de los Windsor, que vienen de más atrás. El escándalo que rodea al príncipe Andrés y la repentina marcha de los Sussex han dejado a la Reina en una delicada situación que parece que los Cambridge están logrando estabilizar, o al menos lo intentan.
Es en este contexto en el que el pequeño George celebra su séptimo aniversario, quizás todavía no consciente de que está llamado a ocupar el trono en el futuro. Como suele ser habitual en estos casos, desde el Palacio de Kensignton se han distribuido unas imágenes oficiales del Príncipe con motivo de esta especial fecha, tomadas por su madre, la duquesa de Cambridge que desde hace años ejerce de fotógrafa de la familia.
Aunque no ha trascendido cómo van a celebrar los Duques y sus hijos este aniversario, lo cierto es que hay un acontecimiento que podría eclipsar este día tan especial. Y es que en el caso de George, aún muy joven para ser protagonista de ningún acto oficial, no está previsto evento alguno con motivo de esta efemérides, pero lo cierto es que la Familia Real sí que está convocada para una cita de singular importancia.
Será en torno al mediodía en Windsor y supondrá la reaparición del duque de Edimburgo en un acto de estas características desde su retirada de la vida oficial hace algunos años. El marido de la reina Isabel, que acaba de cumplir 99 años, lleva una vida tranquila en Sandringham y solo aparece cuando se trata de citas de carácter privado, como bodas, pero no tiene ya agenda institucional. De hecho, fue toda una sorpresa que la pasada semana posase junto a la princesa Beatriz y su ya marido, Edoardo Mapelli con motivo de su enlace secreto en Windsor, en el que se respetaron todas las medidas de higiene, seguridad y, sobre todo, distancia. Una cita en la que, por motivos más que obvios, no pudo verse al príncipe Andrés quien, antes de la crisis sanitaria se había convertido en un auténtico ‘dolor de cabeza’ para su hija, que no sabía si podría celebrar su enlace.
El duque de Edimburgo vuelve a la agenda oficial para ceder el testigo de uno de sus cargos más importantes a la duquesa de Cornualles. El marido de la reina Isabel dejará de ser Coronel en Jefe de “Los Rifles”, uno de los regimientos de infantería del Ejército Británico y su lugar lo ocupará la esposa del príncipe Carlos.
El acto tendrá lugar en el castillo de Windsor y en Highgrove House y está cargado de simbolismo. Por un lado, refuerza la confianza hacia la duquesa de Cornualles después de que en sus primeros años su situación fuera cuanto menos inestable y deja claro su futuro como consorte y, por otro, después de que el príncipe Felipe reapareciera en la boda de Beatriz de York y recibiera grandes alabanzas por su aspecto, quiere remarcar su compromiso con su deber a pesar de estar retirado y reforzar sus vínculos con el ejército y la Corona. Y es que aunque vaya cediendo terreno en algunos ámbitos, sigue siendo Lord Gran Almirante del Reino Unido y son muchos quienes valoran su esfuerzo y espíritu de sacrificio al dejar su carrera a un lado para contraer matrimonio con la entonces princesa Isabel.