El príncipe Andrés protagoniza un escándalo en el último adiós a Isabel II en Escocia
Los actos para despedir a la Reina Isabel continúan. Fue el pasado jueves 8 de septiembre cuando el mundo entero se teñía de negro al darse a conocer la muerte de la monarca, a sus 96 años. Los restos mortales e Isabel II han llegado este lunes a la catedral de St. Giles mediante un cortejo fúnebre que ha estado presidido por sus cuatro hijos, el Rey Carlos III, los príncipes Andrés y Eduardo y la princesa Ana. Pese a lo emotivo que ha sido el desfile hasta llegar el templo sagrado, lo cierto es que se ha podido vivir un momento un tanto tenso protagonizado por el duque de York.
El príncioe Andrés tras el cortejo fúnebre de su madre
Un ciudadano le ha gritado “viejo enfermo” en el preciso instante en el que ha pasado por su lado el hermano del Rey Carlos. Tal ha sido el espectáculo que se ha generado, que las autoridades se han visto obligadas a reducir en el suelo al hombre que ha dicho esta frase mientras se encontraba en una de las calles de Edimburgo para despedir a la Reina. Ha sido él mismo quien ha indicado que no estaba haciendo nada malo y, como era de esperar las redes sociales no han tardado en percatarse de este incidente que ha empañado el último adiós en Escocia de la Reina.
Los restos mortales de Isabel II
Después de lo ocurrido, el citado ciudadano ha desaparecido entre las personas que han acudido a ver in situ el despliegue real para despedir a la monarca. Por otro lado, el afectado de esta escena, el príncipe Andrés ha preferido mantenerse en un segundo plano y no se ha pronunciado al respecto. Otro de los detalles que han llamado la atención durante el recorrido que ha durado alrededor de 20 minutos en el que se han desplazado los restos mortales de Isabel II desde el Palacio de Holyroodhouse hasta la Catedral de St. Giles, ha sido el atuendo del Duque, ya que a diferencia de sus hermanos no llevaba el uniforme militar.
El Rey Carlos, visiblemente afectado por la muerte de Isabe II
El segundo hijo de la reina Isabel II y el también fallecido duque de Edimburgo, tuvo que abandonar su rol público y, por consiguiente, sus tareas como miembro activo de la Familia Real británica tras haberse visto envuelto en el escándalo de abuso sexual de menores llamado caso Epstein y tras llegar a un acuerdo extrajudicial con una mujer que le acusó de haber abusado de ella cuando aún era menor de edad.
«Quiero dejar constancia pública de que de ninguna manera o forma me voy a suicidar. Lo he hecho saber a mi terapeuta y a mi médico general. Si algo me pasa a mí, no quiero que mi familia deje que esto se olvide y quiero que me ayudéis a protegerlos. Hay mucha gente malvada que quiere verme callada», expresó la su supuesta víctima.