Meghan pierde otra batalla: deja solo a Harry y Kate la eclipsa
La duquesa de Sussex no estará presente en la cena de gala que la reina Isabel ofrecerá en Buckingham por la visita de los Trump.
Meghan tendrá que esperar. Todavía no ha llegado el día en el que veamos de nuevo a la duquesa de Sussex luciendo una tiara. A pesar de que la esposa de Sussex ya ha manifestado a su círculo más íntimo su deseo de volver a portar una diadema, la ocasión para esto no se ha dado. Y es que este tipo de joyas tienen su uso limitado a las novias en el día de su boda y a mujeres casadas en eventos de gala después de las 18:00 horas.
El próximo 3 de junio será una de esas ocasiones, pero, desafortunadamente, Meghan no estará presente. La reina Isabel ofrece una cena de gala en el Palacio de Buckingham. Una ocasión perfecta para que Meghan pueda por fin volver a lucir tiara. Bien la tiara de su enlace, o bien una nueva del Joyero Real. Sin embargo, es más que improbable que esto ocurra por varios motivos.
Por un lado, el invitado de honor a la cena es el presidente Trump, que no goza de la simpatía de Meghan -aunque esto no es relevante ya que el deber está por encima de las preferencias personales de la Duquesa-. Pero al margen de esta cuestión, lo cierto es que Meghan está de baja tras el nacimiento de Archie y eso la exime de asistir a actos oficiales. Una feliz coincidencia que le evita un incómodo encuentro con los Trump y un duelo de estilo con Melania.
Sin embargo, al igual que tiene sus ‘pros’, el mayor inconveniente de esta situación es que Kate Middleton acaparará todo el protagonismo de la velada. La esposa del príncipe Guillermo sí estará en la cena de gala y sí lucirá tiara, probablemente -salvo sorpresas- la Lover’s Knot que perteneció a Diana de Gales y que la reina Isabel le ha legado ahora a la duquesa de Cambridge.
Quien también estará en Buckingham es el príncipe Harry, aunque no se sabe con quién le tocará compartir mesa. Una de las últimas veces fue con Rose Hanbury, la polémica ‘amiga’ de Kate Middleton. Quizás Meghan se lo piense y a pesar de su ‘antipatía’ por Trump haga de tripas corazón y decida estar en la gala. Todo sea por una tiara y por no dejar a Harry solo.