Mako de Japón se despide de la familia imperial tras una boda de perfil bajo
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Tres años después de que se anunciara su compromiso, por fin la princesa Mako de Japón ha dejado de ser miembro de la familia imperial para emprender una nueva vida al lado del que ya es su marido, Kei Komuro. Un broche de oro para la pareja que no lo ha tenido nada fácil desde que comenzara su relación en su etapa universitaria pero que, finalmente, ha logrado superar todo tipo de obstáculo.
Mako Komuro en su enlace / Gtres
Aunque para el ya matrimonio su vida ha supuesto el triunfo del amor, para la sobrina mayor del actual emperador Naruhito, esto conlleva una serie de importantes renuncias. Y es que casarse con un plebeyo implica, de manera directa abandonar la familia imperial y pasar a ser una simple mortal, Mako Komuro.
Ha sido este mismo martes cuando ha tenido lugar la celebración de la boda. Un enlace muy discreto y sin pompa. Nada de kimonos, carruajes u otra parafernalia que pudiera hacer pensar en que se trataba de un enlace royal. De hecho, ni siquiera ha habido ceremonia civil, sino que un funcionario de la institución se ha encargado de presentar la documentación necesaria en el registro civil de la ciudad de Tokio.
Mako y Kei Komuro en una rueda de prensa / Gtres
Un enlace discreto que se ha celebrado por la mañana, sobre las 10:00 hora local. Vestida de verde y con apenas joyas, Mako ha abandonado su hasta ahora residencia, el Palacio de Akasaka y de ha despedido de sus padres y hermanos. Su hermana, la princesa Kako, de 26 años, no ha dudado en desafiar el protocolo dándole un tierno abrazo. Poco después del mediodía, el matrimonio ha respondido por escrito a algunas de las preguntas que habían planteado los medios: “soy consciente de que nuestro matrimonio ha generado discordia, pero para nosotros, es una elección necesaria si queremos vivir siguiendo lo que dictan nuestros corazones”, ha dicho la Princesa.
A diferencia de su abuelo, su padre y su tío, todos ellos casados con mujeres plebeyas, a Mako sí que se la obliga a renunciar a su estatus real por casarse con un hombre sin sangre azul. Una cuestión que ha generado diversidad de opiniones. A esto hay que sumar que Mako es la primera de la dinastía Yamato que no ha contraído nupcias bajo el rito sintoísta y la única que ha renunciado a los 152,5 millones de yenes que le corresponde por salir de la institución tras desposarse con un plebeyo.
Mako de Japón y su marido / Gtres
En la rueda de prensa que la pareja ha dado hoy, el ya marido de la exprincesa ha dicho que su objetivo es “amar y proteger” a Mako y que su único deseo es “pasar la única vida que tengo con la mujer que amo”. Aunque la pareja tiene pensado mudarse a Nueva York, donde Kei trabaja como abogado desde el año 2018, por ahora se han instalado en un apartamento en Tokio.
La pareja se conoció mientras estudiaba en la universidad. Mako es licenciada en Arte y Patrimonio Cultural por la Universidad Cristiana de Tokio, además, cuenta con un máster en Museología y Galerías de Arte de la Universidad de Leicester. Unas credenciales que hacen pensar que la sobrina de Naruhito podría emprender una nueva carrera centrada en el mundo del arte una vez se instalen en Nueva York.