Jardinero del rey Carlos III en Highgrove: el trabajo más ingrato de la Corte
Highgrove House es una de las residencias más especiales del rey Carlos III
El monarca es muy exigente con el cuidado de sus jardines

La finca de Highgrove en Gloucestershire es uno de los lugares más preciados para Carlos III y uno de los sitios en los que más tiempo intenta pasar. Para el monarca es como una especie de paraíso particular, en el que disfruta de tranquilidad y descanso en un entorno idílico. Sin embargo, esta aparente tranquilidad no lo es tanto para los trabajadores de la finca, al menos, para los que se ocupan del cuidado de los jardines.
Según han publicado medios británicos, los jardineros que se están al cargo de mantener los terrenos de Highgrove House en perfectas condiciones están muy descontentos con el trato que reciben por parte de su empleador, hasta el punto de que han dejado su puesto de trabajo por las malas condiciones laborales. Se quejan sobre todo de los bajos sueldos, pero también de las altas exigencias por parte de la casa real.
Fachada principal de Highgrove. (Foto: Gtres)
Tal como han confirmado, se les paga menos de nueve libras a la hora cuando en otros lugares los salarios superan las 10. Además, tal como han explicado, da la impresión de que se espera de ellos que estén agradecidos por estar trabajando para el rey y, por tanto, tienen que conformarse con lo que se les ofrece. Muchos han decidido dar un paso al frente y plantarse, aunque esto suponga perder su trabajo.
La situación de los jardineros se ha vuelto insostenible, de hecho, desde que Carlos III se convirtiera en jefe del Estado más de una decena de jardineros ha dejado su puesto. La cuestión del salario ha influido en su decisión, pero más aún las exigencias por parte del monarca. El padre del príncipe de Gales suele supervisar todos los detalles relacionados con el campo y lo lleva hasta el extremo, hasta el punto de que se ha mostrado descontento con los trabajadores por confundir el nombre de una flor o por escribir mal un término en una etiqueta.


El rey Carlos III con Camila en una de sus fincas. (Foto: Gtres)
La situación va más allá de los comentarios de algunos empleados o ex empleados, que incluso han comentado las formas poco adecuadas del rey en el trato con los jardineros. Es más, se ha revelado un episodio en el que, presuntamente, el monarca se mostró tan indignado cuando un jardinero no identificó correctamente las flores que solicitó que se le despidiera de manera inmediata. Una auditoría externa ha confirmado que las prácticas de gestión en Highgrove House no están siendo apropiadas y apunta a la escasez de personal y al descontento de los trabajadores.
Un carácter difícil
No es ningún secreto que el monarca es un hombre exigente y hay pruebas gráficas de su carácter complicado. Por ejemplo, el episodio con la estilográfica tras la muerte de la Reina Isabel II dio la vuelta al mundo. Carlos III se mostró muy disgustado con un empleado por una pluma que le manchó los dedos cuando intentó corregir un pequeño error en una fecha: «¡No puedo soportar esta maldita cosa!», dijo mientras se limpiaba las manos, muy molesto.