James, el desconocido sobrino de Carlos III al que ha ‘negado’ una importante herencia
El hijo menor del príncipe Eduardo es uno de los nietos menos conocidos de la Reina Isabel.
James, actual conde de Wessex, cumple 15 años y mantiene un papel discreto.
El joven no podrá heredar el título que actualmente lleva su padre.
Entre los nietos de la Reina Isabel hay algunos muy conocidos, como es el caso del príncipe de Gales y su hermano el príncipe Enrique, o el de las princesas Beatriz y Eugenia de York que, a pesar de no ser miembros en activo de la Familia Real, sí que son personalidades destacadas en el Reino Unido. De la misma manera, los hijos de la princesa Ana, en especial, Zara Tindall, también mantiene un perfil relativamente activo, aunque no tenga título o tratamiento de Alteza Real, por expreso deseo de su madre. Sin embargo, hay otros miembros de la Familia de la Reina Isabel que son menos conocidos para el gran público. Tal es el caso de los hijos de los actuales duques de Edimburgo, los sobrinos más discretos del rey Carlos III.
El príncipe Eduardo y su esposa Sophie son padres de dos hijos, Lady Louise y James. De ellos dos, Lady Louise es quizás la más conocida, aunque siempre con un perfil discreto. La joven no tiene título, ni tratamiento, porque así lo quisieron sus padres, y lleva una vida normal, al igual que su hermano. Sin embargo, la situación de James es algo diferente.
El conde de Wessex y su hermana junto a sus padres. / Gtres
Después de que el pasado año se confirmase que el rey Carlos III había otorgado el título de duque de Edimburgo a su hermano, el príncipe Eduardo, su hijo, James, pasó a ser conde de Wessex -hasta entonces llevaba el título de vizconde Severn-. De él, que apenas 15 años -acaba de cumplirlos-, se decía que era uno de los nietos predilectos de la Reina Isabel ya que era el menor de todos, además. Sin embargo, aunque es conde de Wessex -título que su padre eligió inspirado por un personaje del filme Shakespeare in Love-, él nunca heredará el título de duque de Edimburgo.
Un título restringido
Tanto la Reina Isabel como su marido acordaron con el príncipe Eduardo que, a la muerte de su padre, este recibiría el título de duque de Edimburgo, que tendría que ser creado de nuevo por el nuevo monarca, esto es, Carlos III. Durante un tiempo, tras la muerte de la Reina, se pensó que el soberano no iba a respetar este deseo y que quería que su nieta, la princesa Carlota, lo heredase llegado el momento. Finalmente, Carlos ha respetado el acuerdo, pero lo ha hecho con restricciones.
El conde de Wessex y su hermana junto a sus padres. / Gtres
Eduardo ha recibido el título de duque de Edimburgo, pero de manera vitalicia. Esto significa que, a su muerte, su hijo no lo herederá. Algo similar a lo que le ocurre al príncipe Andrés, cuyo título de duque de York no pasará a sus hijas, sino que volverá a la Corona cuando fallezca. Esta es una manera de que la institución tenga la garantía de conservar títulos de tanta importancia y tan ligados a su historia. Por tanto, salvo que se le otorgue algún nuevo título, James mantendrá el de conde de Wessex que, en principio, sí podría pasar a sus herederos.
Un joven discreto
James nació el 17 de diciembre de 2007 en el hospital de Frimley Park y cuatro días después se hizo público su nombre: James Alexander Philip Theo. Al ser hijo menor, pero único varón del príncipe Eduardo y Sofía de Wessex, en el momento de su nacimiento superó a su hermana en la sucesión y, aunque esto ha cambiado con la Ley de 2015, no ha afectado a los nacidos con anterioridad a 2011. El bebé fue bautizado en la capilla privada de Windsor pocos meses después, y fue el primer nieto de la Reina Isabel en llevar la nueva réplica del vestido de bautizo del de la hija mayor de la reina Victoria y el príncipe Alberto. Todos los bebés royals lo han utilizado después.
El conde de Wessex y su hermana junto a sus padres. / Gtres
Tanto él como su hermana no llevan tratamiento de Alteza Real ni título de príncipe, a pesar de ser nietos de monarca. Así lo quisieron sus padres, tal como explicó la duquesa de Edimburgo en unas declaraciones al Sunday Times, en las que aseguró que querían que sus hijos aprendieran a ganarse la vida por ellos mismos. Eso sí, no dejaban la puerta abierta a que, a su mayoría de edad, los utilizaran, algo que en el caso de Louise no ha ocurrido.