Doña Letizia, un mismo traje y… ¿dos caras?
La esposa de Felipe VI ha recuperado en su viaje de Estado a Marruecos el icónico sastre de Armani con el que posó ante los medios el día de su pedida en el Palacio del Pardo.
6 de noviembre de 2003, Palacio de El Pardo de Madrid. Una joven Letizia Ortiz, periodista de profesión, posaba ante los fotógrafos junto al príncipe de Asturias en la que era su petición de mano oficial. No era la primera vez que la asturiana comparecía ante los medios en compañía de don Felipe. Apenas unos días antes, el día 3, en los jardines de Zarzuela, ambos se habían presentado de manera oficial: «estamos aquí para dar las gracias a todos por las felicitaciones y para mostrar nuestra felicidad. Sin duda, Letizia es la mujer con la que quiero compartir y formar una familia», dijo entonces el Príncipe.
Sin embargo, en la retina de todos los españoles quedaron grabadas las imágenes del 6 de noviembre y el famoso «déjame terminar» que doña Letizia espetó a don Felipe y que daba muestras de su fuerte carácter. En ese señalado día, la joven periodista lució un espectacular sastre blanco de Armani, de líneas depuradas y factura clásica que le sentaba como un guante. Su rostro rebosaba naturalidad, frescura y felicidad, como correspondía al momento del que estaba disfrutando.
Han pasado quince años y no habíamos vuelto a ver a la ahora reina con ese sastre del modisto italiano, hasta ahora. Ha sido en Marruecos donde doña Letizia, en el Día de los Enamorados y en el año de su decimoquinto aniversario, ha querido recuperar el icónico modelo. Pero de una imagen a otra hay un abismo. La Letizia de hoy nada tiene que ver con la de 2003. El tiempo parece haberse detenido en su rostro, cuyas facciones han cambiado de forma sustancial.
Doña Letizia con el sastre de Armani / Gtres
No es ningún secreto que a la Reina le gusta cuidarse a todos los niveles y aunque nunca se ha confirmado abiertamente, suele someterse de manera regular a tratamientos de estética para mantener la firmeza y tersura de su piel. Solo en una ocasión desde la Casa del Rey se reconoció que doña Letizia se había sometido a una intervención. Fue en el año 2008 cuando la Reina se hizo una septorrinoplastia, al parecer porque tenía dificultades para respirar, aunque eso provocó que cambiara sustancialmente la forma de su nariz.
Al margen de esta intervención, es imposible negar que el rostro de la consorte ha cambiado, y mucho, a lo largo de estos quince años. LOOK se ha puesto en contacto con la doctora Beatriz Estebánez, de la Clínica Menorca y experta en medicina estética, quien ha analizado al detalle las imágenes de la Reina en su petición de mano y en el día que recuperó el sastre en Marruecos. «El resultado francamente espectacular, tiene la piel cuidada, ha afinado sus rasgos y suavizado sus facciones», ha resaltado en torno a los retoques estéticos que se ha hecho doña Letizia.
Una de las claves para mantener la tersura y frescura de la piel de la consorte han sido los tratamientos antiedad con mesoterapia de vitaminas o ácido hialurónico, combinado con inyecciones de plasma rico en plaquetas, que mantienen equilibrado el metabolismo de la piel, destaca la especialista. Para eliminar o atenuar las arrugas de expresión del tercio superior de la cara (entrecejo, frente y patas de gallo) la Reina ha recurrido a la toxina botulínica (bótox) . El tratamiento consiste en relajar los músculos depresores que provocan la arruga para potenciar la fuerza de los músculos elevadores que se han debilitado por el paso del tiempo. Al margen del bótox, «doña Letizia también ha suavizado la forma de su arco mandibular a través de inyecciones de ácido hialurónico reticulado o de hilos tensores espiculados que además de tensar generan colágeno y ha eliminado las bolsas inferiores de los ojos mediante tratamientos como la carboxiterapia, el Plasmage o las inyecciones de ácido hialurónico», concluye la experta. ● | [LEER MÁS: Joaquín Prat y su contundente manera de acabar con los rumores de crisis sentimental]