Recortes y diplomacia: las bases de Carlos III para la supervivencia de la Corona
Protestas, homenajes y duelos de estilo: las claves de la 'otra coronación' de Carlos III en Escocia
La 'otra cara' del príncipe Guillermo: ¿verdugo del duque de York?
El rey Carlos y el príncipe Guillermo 'enfrentados': la polémica de la 'casa de la discordia'
El 'sacrificio' de Carlos III para seguir la estela de la Reina Isabel
La muerte de la Reina Isabel el pasado mes de septiembre y la llegada al trono de Carlos III ha traído consigo una nueva etapa para la monarquía británica en la que la eficiencia y la consolidación de la imagen de la Corona como una institución útil al servicio de los británicos son las prioridades del monarca.
Tras una temporada marcada por algunos escándalos y polémicas (como la salida de los duques de Sussex de la Familia Real o la implicación del duque de York en el caso de Jeffrey Epstein), ahora, Carlos III está consiguiendo reflotar la reputación de ‘La Firma’, gracias, en gran medida, al papel de los príncipes de Gales, que conectan con las nuevas generaciones. Sin embargo, la empatía no es suficiente.
Una de las prioridades del jefe del Estado es reducir los costes de la institución al máximo posible, apretándose él mismo el cinturón, pero también a su entorno. Una sabia decisión, sobre todo, después de que el pasado año, con las celebraciones del Jubileo de Platino de la Reina Isabel y, más adelante, con los funerales de la monarca, aumentaran considerablemente los gastos de la Casa Real. Dispuesto a que los costes no se disparen más, el Rey ha reducido el número de miembros activos con representación de la Corona, pero también ha planteado abrir al público varias de las residencias reales, como es el caso del Castillo del Balmoral. Asimismo, ha puesto a la venta algunos de los caballos de la Reina Isabel.
Asimismo, ha recortado la cantidad de personal que tenía derecho a vivienda en las áreas de la Corona, como es el caso de la que fuera una de las personas de confianza de Isabel II, Angela Kelly, y ha ordenado que se regule de manera exhaustiva el uso de los sistemas de climatización. Una medida que, además de ahorrar costes, contribuye al cuidado del entorno.
Pero, más allá de sus planes para reducir el gasto, el monarca también está desarrollando una cuidada estrategia para mejorar la imagen de la Corona en el exterior, sobre todo, en los países que integran la Commonwealth. La Reina Isabel contribuyó mucho desde su etapa como princesa a estrechar los lazos entre el Reino Unido y los países de la Commonwealth pero, en los últimos tiempos y, sobre todo, desde la muerte de la soberana, hay un cierto clima de temor ante la posibilidad de que el trabajo de toda la vida de Isabel II pueda estar en peligro. Carlos III no quiere que esto ocurra.
Tal como han revelado varias fuentes, desde el Palacio de Buckingham se están preparando para dos años de intensos viajes al extranjero, para mejorar las relaciones diplomáticas con diferentes países. Y es que en los últimos años, algunos de los desplazamientos internacionales de los integrantes de ‘La Firma’ han estado salpicados por polémicas. A esto hay que añadir que algunos países ya han mostrado su deseo de salir del entramado de la Commonwealth. En principio, los protagonistas de estas giras serán los Reyes y los príncipes de Gales, estos últimos, quizás, en compañía de sus hijos. No hay que olvidar que Guillermo y Catalina son los mejores embajadores de lo que significa la monarquía del futuro.