Patricia Llosa, imperturbable ante la polémica que rodea las memorias de Isabel Preysler
Patricia Llosa ha sido captada este jueves en las calles de Madrid, justo cuando se disponía a subirse a un taxi
Llosa ha evitado responder a nada sobre las memorias de Isabel Preysler
El fallecimiento de Mario Vargas Llosa, el pasado 13 de abril de 2025, marcó un antes y un después en la vida de Patricia


Patricia Llosa ha sido captada este jueves en las calles de Madrid, justo cuando se disponía a subirse a un taxi, generando gran expectación mediática. La ex esposa de Mario Vargas Llosa se ha mostrado esquiva ante las cámaras de Gtres, que le han preguntado por las próximas memorias de Isabel Preysler y si en ellas se haría alguna mención al premio Nobel de Literatura . Patricia se ha limitado a subir al vehículo sin hacer declaración alguna, manteniendo también en secreto si planea emprender acciones legales contra la socialité por el contenido de su libro. La escritora y socialité española, publicará su autobiografía, Isabel Preysler. Mi verdadera historia, el próximo 22 de octubre. El promete revelar episodios inéditos de su vida, incluyendo su relación con Vargas Llosa.
El fallecimiento de Mario Vargas Llosa, el pasado 13 de abril de 2025, marcó un antes y un después en la vida de Patricia. El premio Nobel de Literatura murió a causa de una neumonía que deterioró su salud hasta causar su deceso, dejando tras de sí un legado literario y cultural inmenso. Sus tres hijos, Álvaro, Morgana y Gonzalo, comunicaron la noticia y se encargaron de seguir sus instrucciones: un homenaje íntimo, sin ceremonias públicas, y la cremación de sus restos. Para Patricia, quien fuera no solo su esposa sino también editora y apoyo silencioso, la pérdida supone un vacío irreparable, tanto personal como emocional.
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Desde entonces, Patricia ha mantenido una discreta presencia pública, rodeada del apoyo de sus hijos. Apenas una semana después del fallecimiento, acudió junto a Gonzalo y Morgana a visitar el buque escuela Juan Sebastián Elcano, donde se encontraba la princesa Leonor, quien trasladó personalmente el pésame de la Familia Real. Más tarde, viajó a la Feria del Libro de Buenos Aires acompañada de Álvaro, donde asistió a la presentación del libro Vargas Llosa, su otra gran pasión, de Pedro Cateriano, y participó en un emotivo minuto de silencio en memoria de su esposo. Estos actos reflejan cómo la familia ha buscado rendir homenaje al escritor a través de la literatura y la memoria compartida.
En lo privado, Patricia enfrenta su duelo en la residencia que compartió con Vargas Llosa en el barrio limeño de Barranco. La casa frente al mar fue un refugio de tranquilidad y creatividad para el escritor en sus últimos años, donde retomó rutinas sencillas como caminatas por el malecón, lecturas matutinas y visitas de amigos cercanos. Su despacho, lleno de libros, manuscritos y objetos personales, refleja la vida intelectual de un autor cuya obra marcó la literatura contemporánea. Para Patricia, estos espacios ahora son también un lugar de recuerdos y homenaje, donde convive el dolor con la preservación de la memoria de su esposo.
Patricia Llosa en Madrid. (Foto: Gtres)
En paralelo, la atención mediática se centra en la publicación de las memorias de Isabel Preysler, Mi verdadera historia, que promete revelar episodios íntimos de su vida, incluyendo su relación con Mario Vargas Llosa entre 2015 y 2022. La obra ha despertado la preocupación de los hijos del escritor, quienes habrían encargado a sus abogados revisar cada página y evaluar posibles acciones legales si se incluyen declaraciones que puedan dañar la imagen de su padre. Isabel Preysler ha mantenido un estricto hermetismo sobre los detalles, aumentando la expectación y el debate sobre lo que podría desvelarse.
Con todo, la discreción de Patricia Llosa contrasta con la publicidad que rodea la próxima autobiografía de Preysler. Mientras la socialité prepara su lanzamiento y concede entrevistas selectivas, Patricia mantiene un perfil bajo, centrada en acompañar a sus hijos y proteger la memoria de Vargas Llosa. Su breve aparición en Madrid sirve como recordatorio de la atención que sigue generando la familia, pero también de la firme intención de Patricia de vivir su duelo sin entrar en polémicas públicas, preservando la intimidad y el legado de uno de los escritores más influyentes del siglo XX.