Open de Australia 2019

Las excentricidades de Rafa Nadal y Novak Djokovic fuera de la pista

Nadal y Djokovic disputan la gran final del Open de Australia. Los dos mejores tenistas del mundo se retan también fuera de la pista y es que son adictos a los lujos

Novak Djokovic y Rafa Nada
Novak Djokovic y Rafa Nadal, en una imagen de archivo / Gtres
  • Alberto Ardila
  • Periodista especializado en crónica social, exclusivas y televisión.
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Este domingo 27 de enero (09.30 horas), Rafa Nadal y Novak Djokovic se citan sobre la superficie de cemento del Open de Australia para dirimir y batallar por alzarse con el Grand Slam, uno de los cuatro trofeos más importantes de la temporada. Se trata del mejor partido que se puede ver ahora mismo ya que lo disputan los dos mejores tenistas del mundo, cuya fortísima rivalidad viene de años atrás. No hace falta describir a ninguno sobre las pistas ya que su extenso palmarés habla por sí solo, pero sí que es interesante ver cuáles son sus aficiones y en qué invierten el (poco) tiempo libre que ambos tienen cuando no entrenan.

El denominador común de ambos es el lujo, si bien es cierto que su pasión por lo caro se acentúa más en el caso de Nadal. Tampoco es de extrañar viendo sus nóminas. El tenista español ingresa anualmente una cifra cercana a los 56,7 millones de euros (19,7 en premios + 37 en patrocinios); mientras que el serbio se embolsa 22,5 millones (1,5 en premios +22 en publicidad).

En el caso de Rafa Nadal, su mayor excentricidad la acometió en forma de capricho con la compra de un espectacular yate. Como buen hijo del Mediterráneo que es, el manacorí es un enamorado del mar y de la navegación. Disfrutar sobre un yate en verano es un plan que no cambia por nada y por eso adquirió el ‘Beethoven’, una embarcación a motor, modelo MCY 76, de 23 metros de eslora y por el que pagó cerca de tres millones de euros. Quien conoce a Djokovic dice que no es alguien al que le encante gastarse cantidades ingentes en artículos de lujo, pero esto es algo que choca con la realidad. Veamos algunos ejemplos. En 2009, cuando solo era un tenista prometedor en ciernes, desembolsó 2,5 millones en un yate que compró en Manhattan. Pero fue en 2015 cuando protagonizó su mayor excentricidad, llegar al primer partido de Wimbledon- que después ganaría- en helicóptero.

Rafa Nadal

Rafa Nadal a bordo de su yate / Gtres

El otro vicio caro que tienen son los relojes. Nunca falta en su muñeca uno bueno. El que Rafa lució cuando ganó su décimo Roland Garros llamó muchísimo la atención: un Richard Mille, edición limitada, personalizado especialmente para él  y con un precio de 672.000 euros. No es el único al que le customizan un reloj. En 2015, Djokovic y Seiko aliaron sus fuerzas para darle al balcánico un modelo a la altura de sus expectactivas. Era el Astron GPS Solar Dual-Time, una edición limitada de 3.000 unidades a un precio de 1.950 €.

Djokovic

Djokovic y su reloj Seiko / Seiko

Se podría decir que son los únicos lujos que tienen porque a ninguno de los dos les priva conducir un deportivo de última generación o comprarse una isla, como sí que han hecho otros famosos. No obstante, el idilio de Djokovic con los archipiélagos le llevó a casarse con su mujer, Jelena Ristic, en la isla-balneario Sveti Stefan. Una península elitista en pleno mar Adriático y que el tenista cerró para 150 invitados.

Sveti Stefan

Isla de Sveti Stefan, en Montenegro / Gtres

El serbio cuenta con otras estridencias como gastarse 75.000 dólares en una cámara de presión con la que aumentar el tono muscular, disminuir el ácido láctico y estimular la producción de células madre. Pequeños lujos que aportan felicidad a ambos tenistas, que este domingo volverán a enfrentarse en una final que promete emoción, espectáculo y mucho entretenimiento.

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