Así mantiene José Bono su ‘eterna juventud’: pelo nuevo, ayunos largos y algún pinchazo antiarrugas
El exministro socialista parece decidido a plantarle cara al paso del tiempo y ha pasado por boxes en más de una ocasión
Analizamos su transformación con médicos y expertos en estética
José Bono cumple 75 años con más tupé que a los 50, menos arrugas que cuando presidía Castilla-La Mancha y un brillo saludable que parece desafiar las leyes del tiempo y del sentido común. Para quien no lo recuerde, hablamos del hombre que fue presidente de Castilla-La Mancha durante dos décadas, ministro de Defensa, presidente del Congreso y que, antes de entrar en la élite del poder, era aquel chaval de Salobre criado tras el mostrador de la tienda familiar.
La vida no se lo puso fácil: a los nueve años tuvo que separarse de sus padres para estudiar, perdió a su madre en 1967 cuando ella estaba embarazada y, en 1981, murió su padre con solo 42 años en un accidente de tráfico. En 1980 se casó con Ana Rodríguez, con quien tuvo cuatro hijos, Amelia, Ana, José y Sofía, hasta su separación en 2010.

José Bono posa sonriente con un traje azul. (Foto: Gtres)
Desde que abandonó la primera línea política, el país entero se preguntaba cómo era posible que Bono pareciera cumplir años hacia atrás. Más pelo, menos arrugas… Él atribuía la transformación a una vida más saludable y a la desaparición de la agenda sofocante del poder, pero aquello no convencía demasiado. Más tarde se supo lo evidente: en 2007 pasó por la madrileña calle Serrano para someterse a un injerto capilar que cambiaría su imagen de forma radical.




José Bono, durante la presentación de su libro ‘Se levanta la sesión en Madrid’, en 2019. (Foto: Gtres)
Su caso fue tan llamativo que llegó a impulsar la demanda de microinjertos. Las clínicas del sector recuerdan todavía cómo muchos clientes llegaban señalando una fotografía suya. Él mismo lo confesó con naturalidad: «Preferí ponerme pelo a quedarme calvo. Tengo más ahora que hace 20 años». Y lo explicaba sin pudor: «Me hice un trasplante autólogo, mi propio pelo de la nuca lo trasplantaron a la parte delantera de mi cabeza. Hay gente que me para por la calle sin más motivo que el de pedirme el nombre de la clínica donde me lo hice».
Así evalúa un experto el famoso injerto de José Bono
Para analizar el resultado hemos consultado al doctor Villanueva, especialista en injerto capilar en la clínica Esvital, en la calle López de Hoyos de Madrid, donde trabaja junto a la técnico Lola Carrasco. El experto admite que no sigue la trayectoria política de Bono, pero sí sabe leer perfectamente un implante capilar. «Ha quedado magníficamente bien. En aquella época se usaba la técnica de la tira, que consistía en extraer una porción grande de piel de la nuca, cerrar la cicatriz y separar los folículos para implantarlos después», explica.




El político aparece en una etapa previa a su tratamiento capilar. (Foto: Gtres)
Hoy, recuerda, predominan métodos más avanzados como la técnica FUE (Follicular Unit Extraction), basada en la extracción individual de folículos, mucho más discreta y sin cicatriz visible. «En el caso de Bono, si se rapara al cero se apreciaría algo más la zona donante, porque la técnica era más invasiva», apunta Villanueva.




La entonces ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y el ministro de Defensa, José Bono. (Foto: Gtres)
Aun así, su veredicto es rotundo: «Su injerto es un diez de diez. Es sutil. Si lo ve alguien que no lo conozca, nadie diría que se ha hecho un injerto. Esa es la clave del éxito». También destaca que la calidad actual de su cabello sugiere el uso de medicación específica: «Seguramente toma minoxidil o lo ha tomado».
Retoques discretos pero efectivos
El pelo, sin embargo, no es el único aspecto que Bono ha cuidado con el paso del tiempo. La doctora Viany Gaviria, especialista en medicina estética en Clínica Trevi, detecta varios tratamientos faciales recientes. «Se ha hecho luz pulsada intensa, seguramente porque le ha mejorado las manchas y el tono de la piel», explica. Esta técnica consiste en aplicar pulsos de luz para unificar el color, reducir rojeces y suavizar pequeñas imperfecciones.




José Bono y su exmujer, Ana Rodríguez Mosquera, en 2004. (Foto: Gtres)
También observa cambios en la mirada: «La bolsa de la ojera está mejor, por lo que es posible que se haya sometido a una blefaroplastia». Esta intervención elimina piel o grasa sobrante de los párpados y aporta un aspecto más descansado. Además, sospecha que Bono podría llevar «algo de toxina botulínica en las patas de gallo», una opción clásica para suavizar líneas sin bloquear el gesto natural.




José Bono con su hijo, José Bono Rodríguez, en 2005. (Foto: Gtres)
El Dr. Pablo Ramos, de Ma Belle Clinique, coincide en que su imagen actual responde a retoques discretos, bien integrados. «El resultado se ve natural y acorde con su edad. No hay señales de intervenciones excesivas ni cambios que alteren su expresión característica. La impresión global es la de un envejecimiento cuidado, con mejoras discretas que respetan por completo su fisonomía», señala el especialista, que considera precisamente esa naturalidad el mayor acierto del conjunto.
Ayuno semanal
Esa búsqueda del autocuidado también aparece en su rutina diaria. En 2019 explicó con precisión casi castrense cómo se mantiene en forma: «Todos los días, llueva o nieve, camino al menos 9 kilómetros. Cada semana hago un día de ayuno completo de 24 horas, solo agua y manzanilla». Contaba entonces que adelgazó diez kilos «por salud», y su aspecto actual sugiere que no ha abandonado la costumbre.