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Javier Rigau, dispuesto a vengar la memoria de su esposa, Gina Lollobrigida

Javier Rigau entrevista
Javier Rigau junto a Gina Lollobrigida. / Gtres
  • Lito Reyes
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«He estado en la capilla ardiente y en el funeral como viudo y en primera fila. Con su hijo, su nieto. Con la familia». Y así ha sido, Javier Rigau atendía a este medio tras fallecer la actriz italiana Gina Lollobrigida, La Lollo, o «la mujer más bella del mundo»y su mujer hasta el pasado lunes que falleció en un hospital de Roma. Pudo despedirse de ella, le avisó su hijo Milko y su nieto Dimitri. Se despidió el viernes y estuvo visitándola todo el fin de semana. Tanto con el hijo como con el nieto mantenía muy buena relación. Mucha complicidad. El funeral se celebró en la Basílica de Santa María de Montesanto, la iglesia de los artistas (según la tradición popular romana). Situada en la Plaza de Popolo, varios centenares de personas recibieron sus restos entre vítores. Allí le esperaba la familia, en primera fila, uno al lado del otro, su hijo, su nieto y Javier Rigau, su viudo.

Javier Rigau junto a Gina Lollobrigida. / Gtres

Javier Rigau junto a Gina Lollobrigida. / Gtres

Javier saltó a la fama en octubre de 2006 cuando en la portada de la revista Hola anunció su compromiso y futuro matrimonio con la actriz italiana de esta manera: «Veintidós años junto y una relación secreta hasta hoy. Gina Lollobrigida anuncia su boda con Javier Rigau, un empresario español 34 años más joven que ella». Así se presentó ante todos y así empezó también una historia que ha tenido muchas sombras con varios proyectos fallidos de matrimonio hasta que cumpliendo los deseos de la actriz, siempre según Rigau, se casaron por poderes en 2010.

La boda se celebró a las seis de la tarde del 29 de noviembre de 2010, en la Parroquia de Sant Vicent de Sarriá, en Barcelona. Así consta en el registro civil de esa ciudad, en el tomo 930, la página 175 de la sección 2. Una boda, por poderes donde la novia, Gina estaba en Italia, mientras el novio, Javier estaba en Barcelona. «La idea de casarse por poderes fue de Gina. Y ella lo arregló, fue incluso al arzobispado. Te aseguro que casarse por poderes requiere un proceso documental más extenso que un matrimonio convencional, porque ella no está presente».

Javier Rigau en el funeral de Gina Lollobrigida. / Gtres

Javier Rigau en el funeral de Gina Lollobrigida. / Gtres

Decimos, siempre según Rigau, porque la actriz llegó a demandar al empresario por falsedad documental, acusándole incluso de desconocer haberse casado con él. Todo quedó archivado, tanto en España como en Italia. Gina se casó siendo consciente, queriendo y con voluntad. Javier nunca la engañó. Ella, años después, influida por un trabajador de su casa que se convirtió en persona de confianza, Andrea Piazzola, pidió la nulidad eclesiástica. El Tribunal de la Rota no se la concedió. Lo único que consiguió fue una dispensa papal, que viene a ser como un divorcio eclesiástico, en 2013. Nunca pidió el divorcio civil, ni la separación, por lo que su vínculo matrimonial con Rigau siguió intacto.

Javier Rigau junto a Gina Lollobrigida. / Gtres

Javier Rigau junto a Gina Lollobrigida. / Gtres

Los últimos años de la vida de Gina han estado marcados por los escándalos. Su hijo y Javier emprendieron acciones legales contra Piazzola, por ir desmantelando el patrimonio de la actriz y separándola de la familia. Piazzola, que estuvo en el funeral tiene abiertos varios procesos penales pendientes de resolución, este pasado viernes 20, tuvo la última vista en los juzgados de Roma. Le acusan de apropiarse de varios millones de euros, de vender todo el patrimonio de la actriz aprovechando su situación de vulnerabilidad. Tras años pleiteando finalmente consiguió su hijo inhabilitarla judicialmente y «secuestrar» la vivienda donde ha fallecido antes de que el asistente la lograra vender como hizo años antes hasta con los muebles. Javier lo asegura así: «A Gina se la incapacitó, en tres instancias judiciales, tras muchas pruebas periciales». Todas coincidieron que tenía el cerebro lavado. Cada día recibía el mismo mensaje por parte de su empleado (que luego se puso como asistente y llegó a ser administrador): «Su hijo no la quiere. Su hijo nunca la ha querido. Su hijo está esperando que se muera para quedárselo todo». «Hasta el último día que estuve con ella Gina tenía sus joyas, los 3 apartamentos de Roma, el de Mónaco, su cuenta corriente en Mónaco, las acciones de General Electric, un almacén con sus esculturas y la casa donde ha vivido en Vía Appia. Ahora todo ha desaparecido. Porque Piazzola se puso como administrador único y ahora dice no saber nada. Llegó a subastar las joyas y cuando Sotheby’s le ingresa los 4 millones de dólares en su cuenta en Mónaco al día siguiente sale el dinero a una cuenta en las Islas Caimán. Cuando conseguimos la incapacitación el administrador judicial calculó que le habían quitado 12 millones de euros. El administrador indicó que estaba en condiciones infrahumanas. Y en tales condiciones ingresó el jueves, desnutrida, con llagas, deshidratada. Si conocierais el informe médico tendríais claro si estaba o no atendida. Una auténtica lástima».

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