CURIOSIDADES

Donald Trump y las Highlands: entre la tradición escocesa, los acuerdos y la sangre azul

La madre del presidente nació en la isla de Lewis y emigró con 50 dólares en el bolsillo

Trump ensalza siempre que puede sus orígenes escoceses, a pesar de que no hay ningún dato que avale que su madre fuera noble

Un reciente estudio sí que le vincula a la realeza escandinava, pero como a una buena parte de la población

Donald Trump en Washington D.C. (Foto: Gtres)
Donald Trump en Washington D.C. (Foto: Gtres)
  • Andrea Mori
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A pesar de su guerra comercial con Europa -y otras partes del mundo- con el objetivo de «Hacer que los Estados Unidos vuelvan a ser grandes», el presidente Donald Trump tiene un vínculo especial con un país europeo en concreto, que suele visitar de manera recurrente y que, además ha sido el escenario de su última reunión con la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen. Un encuentro en el que se impuso el último acuerdo sobre aranceles, hasta el momento.

El lugar elegido fue Turnberry, el complejo de golf propiedad de Trump ubicado en la costa oeste de Escocia. El presidente se encontraba allí en un viaje personal y aprovechó la estancia para reunirse con la presidenta de la Comisión Europea justo antes de que expirara el ultimátum comercial que amenazaba con imponer aranceles del 30%. Turnberry es uno de los campos de golf que el mandatario posee en Escocia y que forman parte de su imperio empresarial en la zona, centrado sobre todo en este sector. Un deporte del que Trump disfruta de manera regular a ambos lados del Atlántico.

Donald Trump en Washington D.C. (Foto: Gtres)

Donald Trump en Washington D.C. (Foto: Gtres)

La elección de Escocia para expandir su negocio en el ámbito del golf no es casual, sino que obedece, entre otras cosas, a cuestiones familiares. Su madre, Mary Anne MacLeod, nació en la isla de Lewis, en las Hébridas Exteriores, pero emigró a Estados Unidos en 1930. El propio Trump ha hablado en multitud de ocasiones sobre el orgullo que siente con respecto a sus orígenes escoceses e incluso ha llegado a bautizar alguna propiedad con el apellido de su madre, como es el caso del Campo McLeod, que inauguró recientemente. No obstante, su presencia en Escocia ha generado algunas críticas, por el uso de fondos públicos para la seguridad en los resorts o por los vínculos pasados del presidente con figuras como Epstein.

De Escocia a la élite de Nueva York

La figura de la madre de Donald Trump es muy interesante en la trayectoria del mandatario. Mary Anne MacLeod nació el 10 de mayo de 1912 en el seno de una familia humilde en Tong, un pequeño pueblo pesquero en la isla de Lewis. Cuando tenía 18 años y con apenas 50 dólares en el bolsillo decidió emprender el viaje a Nueva York para buscar nuevas oportunidades. Aunque empezó trabajando como empleada doméstica, su vida dio un giro al conocer a Fred Trump, un joven empresario inmobiliario. La pareja se casó en 1936 y tuvo cinco hijos. En 1942 se nacionalizó estadounidense.

Mary Anne se convirtió en una de las figuras más destacadas de la alta sociedad neoyorquina y en una importante influencia para sus hijos, en especial para Donald Trump, que siempre ha hablado de ella como una mujer honesta, hermosa y caritativa. Solía dedicar el tiempo en colaborar en causas benéficas y era habitual verla paseando por Queens en su Rolls Royce. Curiosamente, su historia de superación como inmigrante contrasta con las políticas que promueve su hijo.

Trump y sus raíces royal

Trump ha utilizado la historia de su madre y sus orígenes escoceses para darle a su imagen un toque casi de nobleza, a pesar de que la familia de su madre no estaba emparentada con la aristocracia. No obstante, sí es cierto que su apellido, MacLeod, sí que está asociado a clanes históricos escoceses.

Al margen de esto, según el genealogista islandés Oddur F. Helgason, Trump sería descendiente directo del rey Haakon V de Noruega, quien reinó en el siglo XIII. Además, estaría emparentado con la reina Margarita de Dinamarca y con el presidente islandés Jóhannesson, a través de sus ancentros de las últimas 25 generaciones. Su linaje incluiría a Ingibjörg Hákonardóttir, hija legítima del rey Haakon V, quien se convirtió en princesa sueca por matrimonio.

Donald Trump en Washington D.C. (Foto: Gtres)

Donald Trump en Washington D.C. (Foto: Gtres)

Esto no convierte a Donald Trump en miembro de la realeza, de hecho, son vínculos muy lejanos y comunes en muchas personas con ascendencia europea, que no implican títulos, privilegios ni reconocimiento oficial por parte de casas reales. Eso sí, pueden utilizarse como parte de una narrativa simbólica, para reforzar su imagen de legado y estirpe.

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