Arantxa Sánchez Vicario: “Me arrepiento de haberle dado el control de todo lo que tenía"

Sus primeras declaraciones sobre el divorcio fueron escuetas. “Esto es muy desagradable para mí”, se limitó a decir hace unos días. Ahora, con los sentimientos más reposados y convencida de que el suyo ya no podrá ser un divorcio amistoso, Arantxa Sánchez Vicario se ha sincerado para la revista ‘Hola’ para contar cómo está viviendo este duro trance y tratar de desenmascarar al hombre por el que un día lo dejó todo. “El tiempo ha demostrado que me equivoqué. No me arrepiento de haber dado todo por amor, me arrepiento de haberle dado el control de todo lo que tenía. Tenía que haber separado el amor del resto de mi vida”, explica la tenista.

Con una crisis matrimonial que ya duraba varios años, Arantxa confirma que la separación de facto llegó este verano, cuando Josep se marchó de la casa familiar para vivir su nueva historia de amor, la que mantiene con una joven madrileña llamada Raquel y con la que llevaba saliendo más de un año. Su todavía mujer le desea lo mejor, pero se siente traicionada: “Si está feliz… Mejor para él. Lo que no me esperaba nunca es el engaño y la falta de respeto hacía y sus hijos por llevar una doble vida”.

El sufrimiento de sus hijos es lo que más le duele a la deportista, que prefiere no pronunciarse a si su marido es o no buen padre. “Da igual lo que yo piense en estos momentos, serán los niños, cuando sean adultos, quienes podrán juzgarle”, dice.

Tras la ruptura, Arantxa se ha acercado a su familia. Primero a su hermano Emilio, con el que pasó una temporada a finales de diciembre, y después, a sus padres. Asegura que ha pedido perdón a quien se lo tenía que pedir y que ahora ve cómo se aisló de su familia. “Yo estaba ciega y no lo veía, pero él me incitaba. Yo me iba separando de mis amigos, de mi familia, de mis amigos del tenis… para que estuviéramos mejor”, explica.

La deportista remata la entrevista lamentándose de que el suyo no sea un amor verdadero y asegurando que está dispuesta a luchar hasta el final. Primero por sus hijos y después por todo lo material que ha perdido gracias a él.