El aniversario que la infanta Cristina no querrá recordar
Se cumplen siete años desde que la hermana de Felipe VI se sentara en el banquillo como imputada en el Caso Nóos
Hoy es un día que la infanta Cristina no querría recordar. Se cumplen siete años desde que la que fuera duquesa de Palma se sentase en el banquillo como imputada del Caso Nóos. Era el principio de un arduo camino que, por fortuna para la hija de los reyes don Juan Carlos y doña Cristina, terminaba bien para ella, no tanto para su marido, Iñaki Urdangarin.
A principios del mes de enero, el juez instructor del caso Nóos, José Castro, citaba a declarar como imputada a doña Cristina de cara al 8 de marzo por los delitos de fraude fiscal y blanqueo de capitales. El titular del juzgado número 3 de Palma lo comunicaba a la hermana del entonces príncipe de Asturias en un auto de 227 páginas, un día después de la celebración de la Pascua Militar. Después de conocerse la imputación, desde la Casa de S.M. el Rey expresaban su absoluto respeto a las decisiones judiciales, mientras que el abogado de doña Cristina, Miquel Roca expresaba su discrepancia con la decisión del juez, a la par que confirmaba que presentaría un recurso de apelación.
Han pasado siete años desde que la infanta Cristina se sentara en el banquillo como imputada / Gtres
A pesar de que en un principio se había citado a doña Cristina para el 8 de marzo, el 13 de febrero, el juez Castro adelantaba la fecha, después de que los letrados de la entonces duquesa de Palma anunciaran que renunciaban a recurrir. Esta era la respuesta por parte del magistrado al escrito en el que la defensa de doña Cristina planteaba su deseo de declarar de manera voluntaria, algo que contrastaba con la citación del juez. De esta manera, y en medio de una gran expectación, la Infanta se sentaba por primera vez en el banquillo el 8 de febrero de 2014.
La vida de la infanta Cristina ha cambiado mucho en estos años / Gtres
En medio de una gran expectación, la hermana de Felipe VI llegaba a la Audiencia de Palma de Mallorca tranquila, sin perder la sonrisa y contestaba a muchas de las preguntas del magistrado con frases poco concretas: “no sé, no recuerdo, no me consta”. A pesar de que doña Cristina finalmente quedaría absuelta e incluso podría regresar por la ‘puerta grande’ a Zarzuela en el ochenta cumpleaños de la reina Sofía, para ella no ha sido hasta ahora cuando ha comenzado a ver la luz al final del túnel.
La Infanta ‘volvía a casa’ en el ochenta cumpleaños de doña Sofía / Gtres
En junio de 2018 Iñaki Urdangarin ingresaba en la prisión abulense de Brieva, el único preso masculino de la cárcel, lo que le sometía a un aislamiento aún mayor si cabe. Allí habría de cumplir la condena de más de seis años impuesta por la Audiencia de Palma. Entonces, nada hacía pensar en las complicadas circunstancias que se vivirían en el año que acaba de terminar a causa del coronavirus, sino que el único consuelo de la Infanta era el escaso régimen de visitas que permitía el centro penitenciario.
Urdangarin ahora disfruta de un nuevo régimen penitenciario / Gtres
Sin embargo, el tiempo siempre es el mayor aliado en estas cuestiones. A los primeros permisos que obtenía el que fuera yerno de los reyes don Juan Carlos y doña Sofía se sumaba hace apenas unas semanas la posibilidad de un régimen semiabierto en el Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares. De hecho, tal como confirmaba su abogado, Mario Pascual Vives, lo más importante era que el juez estimara el recurso en el que se pedía el tercer grado. Una realidad que ha llegado a la vida del exduque hace unos días y que le permite pasar fuera de la institución todos los fines de semana.
Hoy es probable que doña Cristina no recuerde el primer día en el que se sentó en el banquillo, pero sí tendrá presente que ahora se abre ante ella y su familia la posibilidad de una nueva vida, algo que tanto tiempo llevan esperando. Cuestión aparte son las repercusiones que cada uno de sus pasos y la puesta en libertad de Urdangarin puedan tener en el seno de la Casa de S.M. el Rey.