Marlaska desoyó el aviso de Vox sobre el peligro de los ultras que amenazaron con enviarles a las cunetas

Vox avisó a la Policía Nacional y a la Guardia Civil de que radicales de izquierdas habían convocado una concentración contra el partido en su acto de presentación de candidatos en Galicia. Pese a que los autodenominados antifascistas amenazaron a los miembros del partido, los agentes dependientes del Ministerio de Interior de Fernando Grande-Marlaska no los disolvieron.

«¡Se os va a acabar! ¡Esta vez acabáis vosotros en las cunetas!». Así recibieron los radicales de izquierdas a Vox a su llegada a Galicia. El partido presentó el pasado jueves a sus elegidos para concurrir a las elecciones gallegas del próximo 12 de julio en una nave industrial de Pontevedra donde algo menos de veinte personas se concentraron para intentar boicotear el acto.

La formación era conocedora de una contramanifestación organizada por un grupo ‘antifascista’ gallego que había convocado a sus miembros a escasos metros de donde el partido celebraría su encuentro. «El fascismo se combate en la calle», se podía leer en un cartel que difundieron a través de las redes sociales para intentar, sin mucho éxito, reunir a más radicales.

Fuentes del partido han confirmado a OKDIARIO que el servicio de seguridad de la formación realizó dos llamadas para alertar de la situación, una a la Policía Nacional y otra a la Guardia Civil. Fueron éstos últimos los encargados de llevar a cabo un dispositivo para el que utilizaron dos docenas de agentes.

Lo cierto es que, a pesar de la presencia de la Guardia Civil, los radicales aparecieron en la zona. Fueron los gritos amenazantes los que pusieron en alerta al equipo de seguridad de Vox que habló, hasta en dos ocasiones, con el agente al mando del operativo para pedirle que «al menos», no permitiese a los extremistas «acercarse a los coches de los dirigentes del partido». «Estaban a seis metros cuando Abascal salió de su vehículo», apuntan las mismas fuentes.

A pesar de las amenazas de muerte, los agentes comentaron a la formación que al tratarse de menos de veinte personas (unas 18) no se consideraba una concentración, por lo que no podían disolverla. Por lo tanto, los radicales permanecieron durante todo el acto a apenas treinta metros del escenario donde Abascal presentaba a sus candidatos y a unas mínima distancia de los coches de los miembros del partido.

La Guardia Civil aseguró a los organizadores que establecerían un cordón para evitar que los manifestantes de izquierdas se acercasen a los dirigentes de Vox, pero lo cierto es que esta medida no podía evitar, por ejemplo, el lanzamiento de objetos.

Un molesto Abascal envió un mensaje claro a través de sus redes sociales: «Ahora mismo los matones del vicepresidente Iglesias amenazándonos de muerte en Galicia con el visto bueno del ministro Marlaska que ha permitido la intimidación y amenazas durante todo nuestro acto», se quejaba el líder de Vox.

Sin grandes sorpresas, el partido de Santiago Abascal ha confiado en miembros de la formación para los comicios gallegos, sin nuevas incorporaciones, para acudir a las urnas en unos comicios en los que ha decidido no presentar cabeza de lista para presidir la Xunta de Galicia.

Los nombres elegidos son Ricardo Morado Fajardo por La Coruña, Sonia Teijeiro por Lugo, María Jesús Fernández por Orense y Antonio Ramilo por Pontevedra.

La ‘abueliña’ de Abascal