Su sistema reversible del 4-3-3 al 4-5-1 funcionó a la perfección

Así estudió Zidane al Liverpool para lograr su repaso táctico a Klopp

Zinedine Zidane volvió a dar una nueva lección de pizarra ante el Liverpool. El técnico del Real Madrid le ganó la partida a Jurgen Klopp de principio a fin, provocando que los suyos llevasen el peso del partido durante gran parte del encuentro

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Zidane saluda a Klopp en Valdebebas. (EFE)

El Real Madrid golpeó primero en los cuartos de final de la Champions League, al imponerse al Liverpool en el Di Stéfano. El conjunto madridista fue muy superior a los ingleses durante gran parte del partido, sobre todo en la primera parte, en lo que fue una nueva lección táctica de Zinedine Zidane. El entrenador francés volvió a sacar su pizarra para neutralizar al equipo de Klopp. Una vez más, dio un golpe encima de la mesa en una noche en la que los suyos no podían fallar.

Existían las dudas acerca de qué haría el técnico de inicio. A las ausencias por lesión de Ramos y Carvajal en defensa, se sumaba la baja de última hora de Varane, positivo por coronavirus que se conoció en las horas previas al encuentro. Zidane había jugado al despiste jugando en los últimos encuentros con tres centrales y todo hacía indicar que, sin tres de sus zagueros titulares repetiría, pero no.

El Real Madrid presentaba su habitual 4-3-3. Zidane plantaba una defensa en la que entraba Militao en el centro con Nacho, con Lucas Vázquez y Mendy en los costados. En la delantera, aún sin Hazard, los compañeros de Benzema eran Asensio y Vinicius, los goleadores del partido. La alineación y el esquema eran las grandes sorpresas de la noche y terminaron siendo definitivas.

También había cambios importantes en el equipo que plantaba el Liverpool. Quizás pecó Klopp de confiarse ante el francés, intuyendo que reforzaría su esquema defensivo. Fue lo que probablemente le llevó a prescindir de Firmino y Thiago de inicio, para meter a Jota y Keita. No le funcionó y antes del descanso introdujo al español en el centro del campo.

Zidane explotó el punto débil

El Real Madrid parecía tener estudiado el punto débil del Liverpool. No está en su mejor momento Alexander-Arnold, que incluso ha perdido su sitio en la selección inglesa. Pese a que su aportación en ataque es fundamental para el equipo red, sufre en defensa y contra el conjunto madridista quedó más que claro. La orden de Zidane parecía clara: explotar el perfil defendido por el lateral derecho. Y así llegaron los goles.

El conjunto madridista aprovechó que sigue contando con el mejor centro del campo del mundo para comenzar a dominar. Los madridistas manejaron el ritmo del partido en todo momento y no sucumbieron a la presión del Liverpool. Además de los tres de siempre, Benzema bajaba a apoyar con mucha frecuencia, obligando a la defensa a dejar metros a su espalda y arrastrando a un hombre con él.

A partir de ahí, fue cuando el Madrid consiguió sacar petróleo del planteamiento de Zidane. Kroos apareció más retrasado de lo habitual, lo que dio pie a que estuviera durante toda la primera mitad libre de cualquier marca. Entonces se encargó de lanzar balones en largo a la espalda de Arnold para Vinicius y Mendy, que fueron un verdadero quebradero de cabeza para el lateral.

Así llegaron los dos primeros goles. Con Kabak junto a Benzema, Vini apareció para meterse entre Arnold y Phillips, controlar el balón y plantarse solo ante Alisson, al que batió con un disparo cruzado. Unos minutos después, tras varias intentonas con Vinicius como protagonista, Kroos mandó otro balón a la espalda del lateral para Mendy. Llegó forzado el jugador red y quiso despejar de cabeza, pero se la regaló a Asensio, que se plantó ante el meta e hizo el segundo.

Mantuvieron el dominio hasta el final

En la segunda parte, el Liverpool dio un paso adelante ya con Thiago en el campo. Los madridistas defendieron bien durante todo el partido, pero de una mala decisión de Kroos en la presión llegó el gol del Liverpool. Fue el único pero que se le pudo poner al partido de los blancos, que volvieron a sorprender en un saque de banda para poner el 3-1, obra de nuevo de Vinicius.

Entonces, el Liverpool se lanzó definitivamente al ataque, descuidando aún más su retaguardia, pero el Madrid no supo aprovecharlo. Para ganar más peso en el centro del campo ante el paso adelante de los de Anfield, Zidane metió a Valverde por Asensio. Consiguió el conjunto blanco mantener a raya a los ingleses, que no encontraban la manera de doblegarles.

Sólo con el paso de los minutos, el Real Madrid comenzó a sufrir. El Liverpool se adueñó de la pelota en los últimos minutos y encerró al equipo madridista, que estaba ya fundido. Vinicius dejó el campo por Rodrygo, con el objetivo de encontrar de nuevo la velocidad al contragolpe, pero no fue posible. Al final, los blancos consiguieron sacar su versión más sólida en defensa y en los últimos minutos lograron guardar la renta de dos goles.

Zidane volvió a confirmar que, además de ser un buen gestor, es un magnífico estratega. En el que era hasta la fecha el partido más importante de la temporada, dio una nueva lección de pizarra. Esta vez, para acercar a los suyos a las semifinales de la Champions League, ante todo un Liverpool y ante un entrenador de la talla de Jurgen Klopp.

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