El Real Madrid cumplió ante el Valencia. Los blancos tenían la primera gran prueba de fuego de esta carrera de fondo que se ha convertido la recta final de la temporada, en la que cada 72 horas hay un partido y una jornada comienza al día siguiente de acabar otra, y salieron victoriosos. Zidane y sus chicos cumplieron ante los Celades con una gran segunda mitad y llevándose el alegrón de ver a Asensio de vuelta. Pero una vez finalizó el partido ante los chés los madridistas comenzaron a jugar el duelo del Ramón Sánchez Pizjuán que medirá a Sevilla y Barcelona.
Con los tres puntos en el bolsillo, los blancos llegaron al vestuario con un pensamiento único: “El Barcelona va a pinchar en Sevilla”. Los azulgranas tienen un partido muy complicado frente a los hispalenses. Cierto que jugarán sin la presión del público, pero los de Lopetegui necesitan los tres puntos para seguir afianzándose en la tercera posición de la Liga ante un conjunto catalán que mostró frente al Leganés que es un equipo con pegada que concede muchas ocasiones, algo que le puede costar muy caro ante los andaluces.
El Real Madrid tenía este partido marcado en rojo en el calendario. Los blancos están convencidos de que si ganan los nueve partidos que les restan la Liga será suya, ya que creen que el Barcelona terminará pinchando. Y viendo todos los partidos que tienen por delante los de Quique Setién, el encuentro ante el Sevilla es, a priori, el más complicado que tienen que afrontar.
Una jornada de campeonato
Real Madrid y Barcelona afrontan esta jornada dos partidos muy difíciles. Si los azulgranas juegan ante un Sevilla que quiere asegurar cuanto antes la Champions, los blancos visitarán el domingo Anoeta para medirse a una Real Sociedad en mal momento, pero con ganas de cambiar la mala dinámica ante los blancos y seguir aspirando a las cuatro posiciones de la clasificación.
Lo que tienen claro por el vestuario madridista es que el que pierda paga. Y paga caro. El más mínimo error puede ser definitivo y por ello, antes de esperar favores que propicien un pinchazo del Barcelona, los blancos saben que tienen que sacar adelante sus encuentros. Aunque en el Pizjuán jugarán dos equipos y el Madrid estará muy atento a todo lo que pase.