César Soto Grado se convirtió en uno de los protagonistas de la final de la Supercopa de España al señalar a instancias del VAR, un penalti por mano de Yeray Álvarez tras un disparo de Karim Benzema. El colegiado estaba vigilado desde la primera mitad, cuando no pitó una mano de Alaba dentro del área madridista en una jugada en la que, según la norma, no se debe señalar el punto fatídico.
La diferencia entre ambas manos, claras en los dos casos, es que Alaba está en camino al apoyo, lo cual teniendo en cuenta la norma actual hace que no deba señalarse penalti. Alaba se lanza en busca de cortar el balón y este le golpea en la mano momentos antes de que el brazo que contacta con el esférico lo haga con el suelo. Así lo interpretó Soto Grado y lo refrendó el VAR, que no llamó al árbitro de la final de la Supercopa para que revisara la jugada en el televisor.
En el caso de Yeray, el futbolista del Athletic repele un disparo a puerta de Benzema y su mano, además de no estar en apoyo o camino de ello, se encuentra en posición antinatural, a la altura del hombro, por lo que amplía la figura del defensor en un remate peligroso del rival. Soto Grado debió pitar por sí mismo el penalti pero al no hacerlo y resultar una acción clara y manifiesta, el VAR con Medié Jiménez a los mandos avisó al árbitro principal, quien tras revisar varias veces la toma señaló el penalti que Karim convertiría en el 2-0.
