Santiago Solari regresará al Real Madrid en los próximos meses para ser la cara visible de Valdebebas. En la reconstrucción que está llevando a cabo Manu Fernández dentro de La Fábrica, la figura del entrenador argentino, muy querido dentro del club, será importante, que tendrá «plenos poderes». El puesto que ocupará será el de estar al mando de Valdebebas, en lo que supondrá el paso definitivo en la reestructuración que está viviendo la cantera madridista. Será la cara visible de todo lo que suceda dentro de la que es una de las mejores ciudades deportivas del mundo, un apoyo para la dirección deportiva y un consejero para los canteranos. También estará muy cerca de la sección femenina.
De esta manera, el Real Madrid le pone cara y ojos a un puesto que ha estado, de alguna manera, descuidado en los últimos tiempos. Además, aprovecharán para devolverle todo lo que ha hecho por el club a un empleado ejemplar con este puesto, que le colocará en una posición importante dentro de la entidad del 14 veces campeón de Europa.
El Real Madrid sabe que Solari siempre ha sido un hombre de club. Lo demostró en su etapa como embajador de la entidad, cuando estuvo al cargo de diferentes equipos de las categorías inferiores, Juvenil A y Castilla incluidos, y cuando se hizo cargo del primer equipo. El argentino se puso al frente del banquillo del Santiago Bernabéu en un momento tremendamente complicado. Tras fracasar la apuesta de Julen Lopetegui, el club miró al estadio Alfredo di Stéfano para ascender al argentino, que hizo todo lo que pudo y cuando se tuvo que marchar se fue como un auténtico señor y madridista.
Un hombre de club
Solari es una figura más que valorada por el Real Madrid y conoce más que de sobra las categorías inferiores de la entidad. Durante su paso por el primer equipo, donde estuvo cinco meses, fue el principal valedor de un Vinicius Junior que, hoy por hoy, es una de las grandes estrellas del equipo. Al brasileño le conocía bien de su etapa en el Castilla. El argentino le tuvo a sus órdenes en sus primeros meses en el club y, una vez que tomó las riendas de la plantilla, fue quien apostó por él, dándole galones en el primer equipo, donde había estrellas de la talla de Bale o Isco. Precisamente, fue el primero en sentar a pesos pesados como el propio malagueño, que a partir de entonces empezó a tener una relevancia mínima en el equipo, o a Marcelo.
La temporada era prácticamente irreconducible cuando Solari se hizo cargo del equipo, puesto que cogió a un vestuario hundido, después de la derrota por 5-1 en el Camp Nou que le costó el puesto a Lopetegui y con el que el equipo se despedía de sus opciones en Liga en octubre. Pese a sendas derrotas ante el CSKA de Moscú en Champions, consiguió clasificar al conjunto madridista en primera posición del grupo. Fueron dos derrotas ante el Barça en Copa y Liga y la eliminación en Champions en el Bernabéu a manos del Ajax en apenas una semana, las que le costaron el puesto.
En su paso por la cantera madridista también pulió otro talento como Fede Valverde. El primer entrenador que tuvo el argentino cuando llego a Valdebebas fue el argentino y con él empezó a crecer con la camiseta madridista.
Aún así, siempre se le consideró un hombre de club. Por ello, después de que haya puesto fin a su etapa en el fútbol mexicano, donde entrenó al América desde 2020 hasta el pasado mes de marzo, llevándolo a la final de la Champions de la CONCACAF, regresará al Real Madrid con un cargo de suma importancia en lo que se refiere a la formación de las futuras promesas del conjunto blanco.