«Rüdiger ha mejorado mucho en los últimos días. Espero la misma mejoría entre hoy y mañana. Es un golpe en un músculo. Estará en la convocatoria y mañana decidiré si juega o no». Era la respuesta más esperada en la rueda de prensa que ofreció Carlo Ancelotti en la previa del derbi contra el Atlético de Madrid. El italiano fue claro y el plan está perfectamente trazado. El alemán lo intentará hasta el final, mientras que el italiano le esperará hasta el último minuto.
A estas horas, tanto Rüdiger como Ancelotti ya saben que el central no podrá jugar al cien por cien contra el Atlético de Madrid. Esto ya es una obviedad. El golpe que sufrió contra el Getafe no ha dejado una rotura, pero si una gran contusión con hematoma que impide que el germano pueda jugar al fútbol con normalidad. La duda es si el dolor que sufre 48 horas después y, lo más importante, el que tendrán 72 horas más tarde, momento en el que comenzará el derbi, será lo suficientemente severo para impedirle formar en el centro de la defensa.
Rüdiger acudió en la mañana del viernes a Valdebebas dejando claro que el dolor que tenía era insoportable. Y cuando el germano dice eso, uno debe hacerse a la idea es que para el ser humano medio el dolor que estaba sufriendo era todavía más difícil de sobrellevar. El teutón se puso en manos de los servicios médicos del Real Madrid, que tras hacerle someterle a las pertinentes pruebas se confirmó que no había ningún músculo afectado. Buenas noticias. Aunque todavía quedaba un largo trabajo por delante.
Rüdiger se puso en manos de los fisioterapeutas del Real Madrid de inmediato, quienes le trataron ayer, le trataron hoy y le tratarán mañana, con el único objetivo de que pueda formar en el centro de la defensa junto a Nacho Fernández. En el club son optimistas por como ha mejorado en las últimas horas, pero también son plenamente conscientes de que si no remite lo suficiente antes del partido será muy complicado que pueda jugar.
Rüdiger acudirá temprano el domingo a Valdebebas y, de inmediato, se tumbará en una camilla para comenzar a ser tratado por los fisioterapeutas. El deseo es que esta última sesión de fisios le terminen de recuperar o, por lo menos, le sanen lo suficiente para poder jugar contra el Atlético de Madrid.
Si todo va como se espera y el dolor sigue remitiendo, Ancelotti estará muy pendiente de Rüdiger y él esperará hasta el final. Hasta el calentamiento si es necesario. Eso sí, nadie cometerá temeridades. El centro de la defensa madridista no está para arriesgar. Por lo que si no se encuentra en condiciones para jugar, verá el partido desde el banquillo. Y en ese momento, Carletto tendrá que buscar soluciones.
Las opciones sin Rüdiger
Si Rüdiger no juega, todo cambia y las opciones son tres, tal y como ha confirmado Ancelotti en rueda de prenda. El único que tiene su posición segura es Nacho, mientras que su compañero en el centro de la zaga puede ser Carvajal, Mendy o Camavinga. Si es el primero, Lucas Vázquez formaría en el costado derecho. Si es el segundo, Fran García actuaría en el lateral izquierdo. Mientras que si es el tercero, los cambios llegarían en el centro del campo.
Y estas variaciones podrían venir acompañadas hasta de un cambio de sistema, donde Kroos jugaría de pivote, los interiores serían Valverde y Bellingham y arriba podrían atacar por la derecha Rodrygo, por la izquierda Vinicius y la principal referencia ofensiva sería Joselu.
«La altura del equipo sin ellos baja y tenemos que tomar la decisión correcta con respecto a las jugadas a balón parado», aseguró Ancelotti en la previa, dejando claro que sin Tchouaméni y Rüdiger faltarían unos centímetros que se recuperarían con Joselu.
No obstante, también podría mantener el dibujo si no está Rüdiger y Cavaminga juega en el centro de la zaga. Y es que, Ancelotti recuperaría el doble pivote que tan buen resultado le dio con Valverde y Kroos, con Bellingham y Modric o Brahim de interiores y arriba con Rodrygo y Vinicius.
La fortaleza del alemán
La parte positiva es que Rüdiger tiene una enorme tolerancia al dolor, lo que invita a pensar es que si no hay riesgo de lesión muscular, jugará. «Es un guerrero», asegura Ancelotti tras el duelo contra el Getafe. Y la realidad es que lo va a dar absolutamente todo para poder estar en el centro de la defensa.
Rüdiger se ha convertido en un jugador capital esta temporada. La lesión de Militao le abrió la puerta de la titularidad y no tardó en convertirse en el jefe de la defensa madridista. De hecho, es el jugador más utilizado por Carlo Ancelotti en lo que va de curso. Un intocable y un luchador.