Hay momentos en los que un entrenador tiene que tomar decisiones. Decisiones complicadas y que pueden enseñar al mundo entero que una transición está en marcha. Eso es lo que le pasará a Carlo Ancelotti en la final del Mundial de Clubes que enfrentará en Rabat a Real Madrid y a Al-Hilal. El entrenador italiano deberá decir si sigue dando continuidad a Kroos y Modric o si deja a uno de los dos pesos pesados en el banquillo para apostar por un Dani Ceballos que se esfuerza con éxito en tener un sitio en el once titular.
Ancelotti ha tenido que afrontar dos finales y dos partidos importantes en lo que va de temporada. Y en todos estos duelos formaron en el centro del campo Modric y Kroos. En la final de la Supercopa de Europa y de España, en el Clásico de Liga que se celebró en el Santiago Bernabéu y en el derbi copero partieron de inicio. Alguna vez apareció Ceballos junto a ellos, pero los cerebros de la segunda etapa dorada del Real Madrid no fallaron.
La situación ahora puede ser diferente. Con Tchouaméni afincado en el pivote, sólo hay dos puestos para tres jugadores. En otro momento nadie hubiese dudado que los elegidos iban a ser Kroos y Modric, pero el nivel superlativo de Ceballos hace dudar a un Carlo Ancelotti que reconoce abiertamente que tomar esta decisión no será para nada sencillo.
«Siempre es complicado, pero es lo que tengo que hacer. Tengo la ventaja de los cinco cambios. Los que no empiecen pueden aportar entrando después, ha pasado muchas veces. Es complicado, pero los jugadores entienden bien su papel», aseguró el entrenador del Real Madrid en la rueda de prensa previa a la final.
La realidad es que Dani Ceballos demostró en los 22 minutos que estuvo sobre el césped durante la semifinal del Mundial de Clubes que en este momento de su carrera y del Real Madrid es un jugador indiscutible. Su presencia en el terreno de juego en ese tiempo ha sido simplemente insuperable. Un jugador diferente, con chispa, imaginación y, sobre todo, mucha calidad. El gol que fabrica con Rodrygo y que termina marcando el brasileño para cerrar el duelo es el mejor ejemplo del potencial de un futbolista que a sus 26 años tiene por delante toda una carrera para convertirse en un pilar del 14 veces campeón de Europa.