Victoria de campeón
Un solitario gol de Arda Güler dio al Real Madrid el triunfo ante la Real Sociedad con un equipo plagado de suplentes con la mente puesta en el Bayern
El Real Madrid se acuesta con una ventaja de 14 puntos sobre el Barcelona y podría ser campeón la próxima jornada si los azulgranas no ganan este domingo al Valencia
Con esfuerzo, compromiso, oficio y talento. Y sin exprimir a los titulares. Como ganan los campeones. Así ganó el Real Madrid en Anoeta a la Real Sociedad en un partido que suena a alirón anticipado. Los blancos, que tenían la cabeza, el corazón y las piernas en Múnich, pueden ser campeones la semana que viene ante el Cádiz si el Barcelona no gana hoy al Valencia o la próxima jornada al Girona. Güler, que se estrenó como titular, marcó el gol que dio el triunfo al Madrid en San Sebastián.
Ancelotti sacaba una alineación random. Sólo repetían dos del once del Clásico, Modric y Tchouaméni, y sólo este último jugará en Múnich… aunque allí será central y en Anoeta le tocaba ser mediocentro, su puesto natural y preferido.
Por rotar Carletto rotaba hasta en la portería, que ocupaba Kepa, buen portero con el gafe tatuado en su piel. Dieciséis partidos después, descansaba Lunin, cuya titularidad vuelve a ser cuestionada por la alargada sombra de Courtois. Sus cuatro escoltas eran Carvajal y Fran García en los costados, con Nacho y el renacido Militao.
El espectacular cambio físico de Arda Güler: «No hay días libres» https://t.co/rpRplc2YMF
— okdiario.com (@okdiario) April 3, 2024
Los cuatro del medio eran Tchouaméni, Modric, Ceballos y Güler. Sí, no es una errata, Güler. Aaaaleluya, aaaaleluya. Debut del turco con picadores ligueros en una plaza de primera como San Sebastián. Arriba, Brahim y Joselu, recién salidos del horno del banquillo.
Domina la Real
Enfrente una Real Sociedad con más talento que puntos, víctima en su discreto puesto liguero de la novatada de una Champions que se le ha acabado haciendo larga. El equipo de Imanol Alguacil, buen entrenador y campechano, salió dispuesto a presionar a esa versión desmejorada del Real Madrid. Le costó al líder asentarse en Anoeta, pero resistió las primeras embestidas de la Real, que hicieron estirarse a Kepa a los tres minutos para despejar con apuros un centro-chut de Galán.
No la olían los de Ancelotti, que sufrían con la verticalidad en los costados de Kubo y Galán. También a sus anchas se movía Barrenetxea sin nadie que le hiciera sombra. Diluviaba en Anoeta para que los jugadores del Madrid sólo necesitaran jabón para el baño que estaban recibiendo en el primer cuarto de hora. Güler, desaparecido en el juego, vio una amarilla por protestar como si en lugar de ser su primer partido de titular en el Madrid, llevara 300.
Ni Modric, ni Ceballos, ni Güler, ni Brahim eran capaces no ya de recuperar una pelota, sino siquiera de discutírsela a la Real Sociedad, cómoda e intensa bajo la lluvia. Atrás los blancos se defendían en precario con tanto interés como desatino. Y Kepa era un manojo de nervios. A los 20 minutos Fran García cuerpeó con Oyarzabal dentro del área pero ni siquiera el capitán realista reclamó penalti.
Llovía a chorros. De seguir así, en el segundo tiempo ni Modric, ni Brahim, ni Güler harían pie en Anoeta. La mejor noticia para el líder era el punto valiosísimo que aún conservaban al filo de la primera media hora. La pelota era un sueño imposible para el Real Madrid, plantado en una especie de sistema 4-2-3-1 con Tchouaméni y Modric en el doble pivote.
Avisó otra vez la Real con un disparo lejano de Turrientes después de que Oyarzabal mostrara todas las costuras de un Militao al que hizo primero una sotana y luego un nudo marinero. Tiene la coartada de la rodilla, pero antes de estas le hacían muchas también. Y justo dos minutos después de esa ocasión tuvo el Real Madrid su primera posesión larga del partido. La diagonal la trazó Tchouaméni para la incorporación de Carvajal desde la derecha. El lateral la puso de primeras y por el segundo palo apareció Arda Güler para embocar ña primera vez que alcanzaba el área.
La ley de Güler
Respondió la Real con un disparo venenoso de Oyarzabal que despejó a córner Kepa con una buena mano abajo. Fue el preludio del 1-1, que llegó en una acción en la que le robaron la cartera ilegalmente a Tchouaméni, al que le hizo una falta como un piano Barrenetxea, la pelota llegó a Oyarzabal que se durmió y después a Kubo, que marcó a placer. Toda la defensa del Real Madrid y hasta Ancelotti reclamaron la falta, que era obscena como la presidencia de Pedro Rocha, hasta que el VAR no tuvo más remedio que avisar a Munuera Montero, un árbitro con más planta que talento, para que revisara la acción y anulara el gol. Hízolo.
Salvaba los muebles el Real Madrid porque la falta era como un piano pero la Real Sociedad seguía avisando. La suerte del campeón hacía relucir un inesperado e inmerecido 0-1 en el marcador de Anoeta al filo del descanso. Al que llegamos con la afición realista encendida contra el árbitro por haber anulado, con toda la razón del mundo, el gol de Take Kubo.
Conclusiones en la Real Sociedad: es inútil tener la pelota si no tienes a nadie que haga gol. Conclusiones en el Real Madrid: cuando te pones en inercia ganadora, ganas aunque juegues sin interés. Transcurrió el descanso y arrancó la segunda parte. Lo hizo con una nueva parada de Kepa al disparo abajo de Turrientes nada más comenzar.
El vestuario del Real Madrid lo tiene claro: «Necesitamos una buena versión de Bellingham y Vinicius» https://t.co/u8NrETUwVK
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Replicó el Real Madrid con sendos disparos desde la frontal de un Arda Güler que tiene la portería en la cabeza. Ancelotti puso a calentar a Camavinga, Fede Valverde y Vinicius. Los blancos seguían sujetando el 0-1 gracias a un notable y seguro Kepa. Mientras tanto, en el área de la Real Sociedad y sus proximidades Munuera Montero demostraba miopía, hipermetropía, astigmatismo, presbicia y hasta principio de cataratas. Ni vio una caída de Brahim y después una mano clamorosa de un jugador de la Real a un disparo del venenoso Güler.
Resiste el Madrid
Poco después le sustituyó Ancelotti igual que a Ceballos. Metió más madera: Fede Valverde y Vinicius. Una media horita de entrenamiento para cada uno con la mente en el Allianz. El uruguayo se llevó una tarascada de Mikel Merino que le dejó tocada la rodilla nada más salir. En el 75 entraron otros dos titulares en el Real Madrid: Camavinga y Rüdiger por Fran García y Brahim.
Al filo del 80 perdonó el 1-1 Oyarzabal en un mano a mano que intentó resolver de vaselina, a lo Raúl, y le salió igual que le pasaba casi siempre al madridista: alta. Al Real Madrid le tocaba sufrir en los minutos finales ante una Real Sociedad desatada como si fuera el mismísimo Manchester City. Los cambios de Imanol habían funcionado y al Madrid se le estaba haciendo largo el partido.
Gracias al compromiso y al oficio de sus futbolistas, el equipo de Ancelotti consiguió resistir las embestidas finales de la Real Sociedad para llevarse una victoria que al Real Madrid, que tenía la mente en el Bayern, le sabe a Liga inminente. Cibeles, ponte guapa.