El Real Madrid ha respirado tranquilo al confirmar que Kylian Mbappé regresaba de la concentración de Francia a Valdebebas con molestias, sí, pero sin ninguna lesión de gravedad. De hecho, se puede decir que las tres partes han terminado más que satisfechas con lo ocurrido durante esta semana, ya que todas han tenido que ceder un poquito, pero también han ganado mucho.
Mbappé finalizó el partido contra el Villarreal con un ligero esguince que ponía en duda su participación con Francia, pero una vez llegó a Clairefontaine se trazó una hoja de ruta en la que todo estaba hablado y pactado. Y, lo más importante, la comunicación fue excelente entre los servicios médicos de la selección francesa y el Real Madrid.
El Real Madrid sabía desde el minuto uno que Mbappé se iba a quedar concentrado con Francia hasta el partido contra Azerbaiyán que se celebró en el Parque de los Príncipes. La dolencia no era lo suficientemente grave como para renunciar a dicho encuentro, mientras que los preparadores galos se pusieron manos a la obra para mimar al crack francés.
Por lo tanto, en constante comunicación con los médicos del Real Madrid, Mbappé estuvo haciendo lo mismo a las órdenes de Deschamps que habría hecho estos días en Valdebebas. Con una salvedad: iba a jugar el partido contra Azerbaiyán, tal y como sucedió. Y aquí es donde Mbappé ha hecho justo lo que quería.
El galo ha mirado por el Real Madrid, con el que está plenamente comprometido, y también por su país, cuya selección capitanea. Nadie le puede acusar de no haber mostrado compromiso con los galos, y ha querido forzar para poder jugar en su país. Lo hizo y marcó un golazo. Y, después, sabía perfectamente que no iba a viajar a Islandia. Ese era el trato.
Un plan trazado
Por ello, cuando Mbappé pidió el cambio a los 83 minutos de partido, en Valdebebas nadie se sobresaltó. Todo formaba parte del guion previamente establecido. Kylian cumplió con su país y ha dejado satisfecho y tranquilo a un Real Madrid que sabe que ya tiene a su mejor jugador fuera de peligro.
Ahora, Mbappé descansará y terminará de sanar el pequeño esguince de tobillo que sufrió contra el Villarreal. La idea es que el próximo lunes empiece a trabajar al mismo ritmo que sus compañeros, y nadie duda por Valdebebas de que el domingo estará presente en el Coliseum para ser el delantero de los de Xabi Alonso contra el Getafe. En definitiva, todo ha sido un plan en el que todos han ganado y, lo más importante, Kylian está bien.