El Real Madrid se juega algo más que una nueva copa del mundo en el encuentro que enfrentará a los blancos contra el Al-Hilal en Rabat. El premio al ganador de este trofeo son cinco millones de euros que vendrían muy bien a las arcas del club blanco. En caso de perder, obtendrían un millón menos. Por lo tanto, como mínimo, los madridistas ya tienen asegurados cuatro kilos.
En consecuencia, para el Real Madrid es importante ganar esta competición tanto en el plano deportivo como económico. En lo estrictamente futbolístico, los blancos están obligados a traer el título de vuelta a la capital de España y, de no hacerlo, podría desembocar en un terremoto dentro de la entidad. Y económicamente, nadie quiere renunciar a los cinco millones que deberían ingresar.
Ancelotti dejó claro tras las semifinales que los blancos tenían mucho que perder y casi nada que ganar, pero de cara a la gran final ha cambiado su discurso. El entrenador del Real Madrid aseguró que los blancos siempre se toman muy en serio las finales y en este caso, encima, buscan su octavo título de mundo. Una cifra que agrandaría su palmarés, que le permitirá tener 100 entorchados y doblar a Barcelona y Milan, ambos con cuatro títulos de este nivel.
Por otro lado, el duelo por el tercer y cuarto puesto que enfrentará a Flamengo y Al Ahly en Tánger también tiene especial relevancia por la cuantía económica que reparte. Y es que, quien se imponga ingresará 2.5 millones de euros, 500.000 más que el perdedor. Además, habrá un millón de euros para cada uno de los dos equipos que ocuparán la sexta plaza, el Wydad Athletic Club marroquí y el Seattle Sounders estadounidense; y medio para un Auckland City neozelandés que finalizará la competición en séptimo lugar.