Real Madrid, Barcelona y Juventus se esperaban el movimiento de Ceferin, que se había hartado a cacaerar sus amenazas de sanción a aquellos clubes que no fueran obedientes y siguieran en el proyecto de la Superliga. Por ello, esa investigación abierta por la UEFA y televisada antes por su presidente no les pilla de sopetón. Eso sí, los tres se muestran «tranquilos» y confiados en que no serán expulsados de la Champions.
Cuentan con el arma por la que Ceferin debería perder esa batalla de la sanción al núcleo duro de la Superliga: el auto del juzgado de lo mercantil número 17 de Madrid, que impide a la UEFA, la FIFA y las federaciones nacionales sancionarles. Esa decisión judicial tomada en Madrid tiene validez en Suiza, sede de la UEFA, por el convenio de Lugano.
Sin embargo, hoy Ceferin ha puesto a trabajar a sus muchachos y ya ha elegido a su equipo de «inspectores», una suerte de hombres de negro, templarios garantes de la «ética y la disciplina». De lo segundo, vale, pero de lo primero no debería presumir demasiado la UEFA, que hoy emitió el siguiente comunicado:
«De acuerdo con el artículo 31 (4) del Reglamento Disciplinario de la UEFA, hoy se han designado inspectores de ética y disciplina de la UEFA para llevar a cabo una investigación disciplinaria sobre una posible violación del marco legal de la UEFA por parte del Real Madrid CF, FC Barcelona y Juventus FC en relación con el proyecto llamado Superliga».
Nada que sorprenda en los despachos de Real Madrid, Barcelona y Juventus. Pero tampoco nada que les inquiete. De hecho, el propio Ceferin ya había anunciado sus intenciones el pasado viernes, el mismo día que perdonó a los arrepentidos, previo paso por caja, faltaría más. «Hay una clara diferencia entre los clubes ingleses y los otros seis», pontificó Ceferin, que añadió: «Los ingleses se retiraron primero, admitieron que cometieron un error. Tienes que tener algo de grandeza para decir: «Me equivoqué». Para mí hay tres grupos de estos 12: los ingleses, que salieron primero, luego los otros tres y luego los que creen que la Tierra es plana y piensan que la Superliga todavía existe. Y hay una gran diferencia entre ellos. Pero todos serán responsables. De qué manera, veremos».
Las tácticas intimidatorias de la UEFA
Con la apertura de esta investigación la UEFA no pretende otra cosa que aumentar aún más su presión a los tres clubes que forman el núcleo duro de la Superliga después del abandono, o la intención de abandono, de los otros nueve fundadores.
Sin embargo, la mejor baza de Real Madrid, Barcelona y Juve sigue siendo el auto del juzgado de lo mercantil número 17 de Madrid, que les ampara e impide que la UEFA, la FIFA o las federaciones nacionales puedan actuar en contra de estos clubes o sancionarles.
El pasado domingo, los tres clubes de la Superliga emitieron un comunicado en el que se mantuvieron firmes en su posición de seguir con el proyecto y denunciaron la actitud de la UEFA: «Los clubes fundadores de la Superliga han recibido – y continúan recibiendo – presiones, amenazas y ofensas para que abandonen el proyecto (…). Esto es inaceptable en un estado de derecho y los Tribunales ya se han pronunciado sobre el proyecto de la Super Liga ordenando a FIFA y UEFA, con rotundidad, que se abstengan mientras se tramita el procedimiento judicial, directamente o a través de sus entidades afiliadas, de realizar cualquier actuación que pueda penalizar a los clubes fundadores o que vaya contra la Super Liga, reconociendo de este modo la apariencia de buen derecho de dicha iniciativa».
La UEFA, por su parte, decidió la semana pasada readmitir en su seno a los nueve arrepentidos de la Superliga, pero no sin consecuencias económicas leoninas: una indemnización de 100 millones por cada club en caso de que decidan jugar una competición no autorizada, más una multa de otros 15 millones como fondo de solidaridad que deberán donar para que se inviertan en fútbol formativo y proyectos sociales.
Ahora sí, la guerra entre la UEFA y los tres clubes de la Superliga acaba de empezar. Y todavía quedan muchas batallas, algunas de ellas en los tribunales de la justicia ordinaria a la que tanto Real Madrid como Barcelona y Juventus no dudarán en acudir para defenderse de Ceferin y los suyos.