El Real Madrid ha recibido la noticia de que jugará los cuartos de final de la Champions ante el Liverpool con la convicción de que vivirán una eliminatoria que está tremendamente igualada y con la preocupación lógica de saber que en estos momentos sería imposible disputar la ida en el estadio Alfredo di Stéfano por las restricciones impuestas por parte del Gobierno a los vueltos procedentes de Reino Unido. Atlético de Madrid y Real Sociedad ya tuvieron que jugar como locales lejos de sus estadios y ahora le podría pasar a los de Zidane.
La realidad es que es el pasado 9 de marzo el Consejo de Ministros amplió las restricciones de entrada a España por vía aérea y marítima de pasajeros de Reino Unido y de los vuelos procedentes de Brasil y Sudáfrica. Unas medidas que permanecerán vigentes, al menos, hasta las 18:00 horas del 30 de marzo. Por lo tanto, antes de la fecha del partido, que se celebrará el 6 o 7 de abril, el Gobierno deberá revisar las medidas y decidir si las amplia o las elimina. Todo dependerá de la evolución de la pandemia del coronavirus.
Si finalmente el Liverpool puede aterrizar en la capital de España, el encuentro se disputará sin público en el estadio Alfredo di Stéfano. Si por el contrario las restricciones se amplían y no se contempla ninguna excepción para que los de Klopp puedan llegar a territorio nacional, el Real Madrid, junto a la UEFA, deberá busca una sede donde actuar como local. Turín, Bucarest o Budapest, entre otros, podrían ser sus destinos.
Al Real Madrid esta circunstancia le preocupa. Si bien es cierto que no van a poder contar con el apoyo de su afición, tienen claro que quieren jugar el partido de ida en Valdebebas. Si no fuese así, son conscientes de que partirán con desventaja, aunque también saben que poco podrán hacer para evitarlo.
