El ADN del Real Madrid es remontar, eso lo sabe cualquiera. Y lo volvió a exhibir en Gran Canaria después de que Las Palmas se adelantara en el marcador con un gol de Javi Muñoz. Igualó Vinicius y dio la vuelta al partido Tchouaméni merced a un córner que Kroos sacó con su mira telescópica. Los blancos, con un partido menos, se acuestan líderes de la Liga gracias a una victoria trabajada y sufrida.
Y justo cuando el Madrid venía de una semana de descanso a Ancelotti le dio por rotar. Cosas de Carletto. Con Bellingham fuera por acumulación de amarillas, el técnico también dio descanso a Tchouaméni y Fede Valverde, así que dejó a Kroos como único titular del centro del campo ante Las Palmas. También rotó a Mendy, lateral de profesión y extraterrestre en su tiempo libre. Entró en su lugar Fran García. Y en la alternancia de la portería, pues le tocaba a Lunin.
Digamos que la alineación del Real Madrid era de autor, por no decir rara de narices. Delante de Lunin formaba una línea de cuatro con Carvajal; Rüdiger, Nacho y Fran García. En el centro Kroos y Camavinga escoltados por dos suplentes habituales como Ceballos y Brahim. Arriba sí que repetían Vinicius y Rodrygo, quizá porque Ancelotti tampoco tiene mucho más para elegir.
Brahim se gana a De la Fuente https://t.co/dFlC0RJfVd
— okdiario.com (@okdiario) January 11, 2024
Enfrente Las Palmas, un equipo con ADN Barça inyectado por su entrenador, García Pimienta, que lleva tatuada la posesión a sus pies. Y que tiene un porterazo, Álvaro Valles, al que el Real Madrid le tiene en el radar. El insular pintaba de amarillo y los locales olieron pronto la sangre. Marvin retrató por velocidad a Nacho en el primer minuto y Lunin se llevó un susto de muerte. Que fueron dos con el cabezazo subsiguiente de Munir a la salida de un córner.
Vino después un mano a mano entre Rodrygo y Álvaro Valles, que resolvió el meta de Las Palmas con un pie salvador. Del rifirrafe posterior salió malparado el brasileño, que empujó al meta insular y se llevó la amarilla. El duelo había nacido vivo y eléctrico. Tras la tempestad inicial vino la calma. El Real Madrid se apoderó de la pelota y obligó a retroceder a los locales. Los de Ancelotti tuvieron tres ocasiones a balón parado pero Rüdiger, el único arma de los blancos en el juego aéreo, tenía el punto de mira algo torcido.
Del vértigo a la calma
Las Palmas se mostraba incómoda sin la pelota y el Real Madrid ejercía su dominio sin percutir. Vinicius aún estaba en el vestuario y Brahim andaba perdido en una posición de falso nueve en la que estaba como Stallone en Rambo: rodeado de amarillos. Así fue pasando el tiempo sin juego en las áreas ni ocasiones que echarnos a la boca.
Pasada la media hora el VAR revisó en silencio una acción en el área de Ceballos sobre Cardona. No había nada, pero nos pusieron diez repeticiones por si acaso en alguna había penalti. No tuvieron suerte, no había por dónde coger las imágenes para interpretar una falta inexistente. Vino después una ocasión del propio Cardona, que echó al cielo de Las Palmas un disparo dentro del área.
Hubo que esperar al 40 para que el Real Madrid volviera a asomarse al área de Álvaro Valles. Lo hizo Vinicius con un disparo mordido que se envenenó y se marchó por poco a la derecha del meta de Las Palmas. Fue la segunda y última ocasión del equipo de Ancelotti, que firmó una primera parte ni buena ni mala sino todo lo contrario. Al descanso nos fuimos con la sensación que nos habían hurtado 45 minutos de siesta a cambio de nada.
Regresaron los mismos 22 y Soto Grado con el pito. Y Las Palmas pudo marcar en el primer minuto si Lunin no hubiera estado atento al disparo raso y venenoso de Munir. El meta del Real Madrid salvó el contrapié y atajó abajo un disparo que podría haber sido el 1-0. Sí que lo fue en el 53 una jugada en la que Sandro le ganó la mano a un desnortado Nacho e inició una contra en la que nadie regresó. El propio Sandro retrató a Rüdiger en el pico del área y la puso al centro donde Javi Muñoz también le robó la cantera a un Nacho que volvía a estar fuera de sitio.
Golpe de Las Palmas
Un canterano del Real Madrid ajusticiaba al equipo de Ancelotti, que había saltado dormido en la segunda parte. A los blancos aún les quedaba media hora más el alargue para solucionar el desaguisado. La respuesta de Carletto fue meter a Valverde por Ceballos y a Joselu por Brahim. Ambos suplentes no habían respondido a la oportunidad de ser titulares.
Un Vinicius ofuscado tuvo un par de ocasiones que resolvió al revés como en sus años oscuros. A la tercera, por fin, llegó la vencida para el brasileño y para el Real Madrid. Kroos condujo caminando sin que nadie le saliera al paso y se la dio a Camavinga. El francés se inventó un pase picado y maravilloso al desmarque de ruptura de Vinicius, que remató de volea sin pensárselo y batió a Valles por el palo largo.
El Real Madrid había espabilado una hora tarde, pero le valía para encerrar a Las Palmas, que pagaba el esfuerzo de la primera mitad. Los blancos habían olido la sangre y se iban a por el partido sin miramientos. Ancelotti preparaba a Güler en la banda para darle sus primeros minutos en Liga al joven turco. Entró por un desaparecido Rodrygo, igual que Tchouaméni para dar un respiro a Camavinga.
Al Real Madrid se le iba agotando el tiempo y también la frescura. Vinicius intentaba hacer la guerra por su cuenta, pero es que no hay otro jugador como él. Regatea, elimina rivales, la quiere siempre. Precisamente de una jugada del brasileño nacería el córner con el que el Madrid haría el segundo. Lo botó Kroos con la precisión de un francotirador. Hace con los pies cosas que el resto de los mortales no pueden hacer con las manos. Se la puso en la cabeza a Tchouaméni, que le ganó el salto a su par y marcó con un cabezazo picado al que no pudo responder Álvaro Valles.
Era un gol de campeonato que confirmaba la remontada del Real Madrid, una más en esta Liga y que los blancos debía aún sufrir en los ocho minutos de prolongación para sellar una victoria sufrida y merecida ante uno de esos equipos que te complican la vida. Lo hizo y misión cumplida: tres punto más y un partido menos en Canarias.