Eder Militao afronta el duelo de ida de los octavos de final de la Champions ante el PSG con la moral por las nubes y con el deseo de dejar claro que el excelente nivel que está demostrando en los últimos tiempos también aparece en las grandes noches. Y es que, el reto que tendrá contra los parisinos no es nada sencillo. Nada más y nada menos que frenar a Kylian Mbappé, el jugador más en forma del ataque galo. Es posible que dentro de unos meses ambos sean compañeros en Valdebebas, pero el deseo del brasileño es amargarle la noche junto a su mejor socio, que no es otro que David Alaba.
El central se entiende a la perfección con Alaba. Pocos podían imaginar en verano, cuando Sergio Ramos y Varane hicieron las maletas para buscar nuevos retos, que lo que mejor iba a funcionar en la plantilla dirigida por Carlo Ancelotti era la pareja de centrales. Militao y el austriaco se han entendido a la perfección desde el primer día y juntos han sido claves para construir un Real Madrid sólido que lidera la Liga y que busca hacer grandes cosas en la Champions. Tampoco nos podemos olvidar de Nacho, el comodín perfecto con el que el brasileño también rinde con nota.
Militao sabe que el duelo ante el PSG será una prueba de fuego. No es la primera vez que se encuentra en esta situación, pero sí es la primera vez que llega a un partido de estas características como un central de primer nivel mundial. Su primera eliminatoria de Champions fue la vuelta de los octavos de final ante el Manchester City en agosto de 2020, donde Varane tiró por tierra todo el trabajo defensivo de los blancos. El curso pasado fue titular ante el Liverpool y frente al Chelsea, pero ahora él es el líder.
Militao está convenido de que está en el mejor momento de su carrera. Y lo mejor para el Real Madrid es que tan sólo tiene 23 años. Su margen de crecimiento es enorme, pero en estos momentos ya se le puede considerar como uno de los mejores centrales del mundo. Además, en el vestuario de Valdebebas está perfectamente integrado. Tiene como referente a Casemiro y hace piña con Vinicius y Rodrygo. Los que mejor le conocen le definen como un chico “sencillo, vergonzoso y poco expresivo”, pero dentro del campo se transforma.