El Real Madrid tiene en sus comienzos de año una de sus asignaturas pendientes. En este inicio de 2020, los blancos no pueden fallar si no quieren ver como el Barcelona se aleja en la clasificación liguera y el Getafe, uno de los equipos más duros de la Liga Santander, pondrá a prueba a un equipo que pinchó en su primer encuentro del año en cuatro de los cinco últimos cursos.
Zinedine Zidane ha puesto las pilas a sus jugadores para evitar relajaciones post-vacacionales y antes de que el 2019 pusiera el cierre, los miembros de la primera plantilla regresaron de sus días libres con las pilas cargadas para afrontar un tramo de competición que se le ha atragantado al equipo en el último lustro, perdiendo en más de una ocasión muchas opciones de luchar por el campeonato liguero.
La pasada campaña el Real Madrid, con Solari como entrenador tras la destitución de Julen Lopetegui, comenzó el año visitando el Estadio de la Cerámica, donde no pudo pasar del empate (2-2) y cediendo dos puntos con respecto al Barcelona. Acto seguido, la Real Sociedad conquistaba el Santiago Bernabéu provocando los pitos de la afición merengue en el primer mes del año.
Sin embargo, el mal inicio del equipo blanco ya se había convertido en una constante, con la excepción de la temporada 2016-17, el año del doblete Liga y Champions, en el que el Madrid del Plan A y el Plan B cosechó sendas goleadas en el Bernabéu ante el Sevilla –3-0 en Copa del Rey– y el Granada –5-0 en Liga–. Todo lo contrario sucedió en la 2017-18, último año de la primera etapa de Zidane, donde se empató ante el Celta como preludio a una derrota en casa ante el Villarreal, por la mínima y en casa, al igual que la pasada campaña con la Real.
Zidane quiere acabar con el gafe
En las dos temporadas previas el Real Madrid sufrió sendos pinchazos que condicionaron la continuidad de sus entrenadores. Primero fue Carlo Ancelotti, en plena cuesta abajo en el año post-Décima, que comenzó con un juego espléndido y grandes resultados para acabar en mínimos, el que no pudo evitar la derrota madridista en Mestalla (2-1). Un año después, en el mismo escenario, Rafa Benítez terminaba de cavar su tumba con un empate que le dejó al borde de la destitución, confirmada horas después.
Zidane, por tanto, tiene una importante prueba en el Coliseum, aunque en su caso el puesto de entrenador ni mucho menos corre peligro, al menos a corto plazo. El Getafe es un hueso por su dureza y competitividad, pero la posición del Madrid en Liga, a escasos dos puntos del Barcelona, obliga a los blancos a pelear con la victoria con mayor ahínco y acierto que en los dos partidos anteriores… y en los comienzo de año previos.