El primer Clásico de la nueva temporada nos llevó a remontarnos unas décadas atrás. Sin Messi o Benzema, pero con estrellas como Roberto Carlos o Figo formando por el Real Madrid y Ronaldinho o Rivaldo por el Barcelona, las leyendas de ambos conjuntos disputaron en Tel-Aviv un partido de exhibición que acabó con victoria para el conjunto madridista, por 3-2, con goles de Munitis, Alfonso y De la Red. Por parte azulgrana, los tantos los pusieron Ronaldinho, de penalti, y Jofre.
Con Casillas en el palco, el Real Madrid salía con Codina en portería; Fernando Sanz, Iván Campo, Milla y Roberto Carlos en defensa; Rivera, Núñez y De la Red en el centro del campo y con Figo, Amavisca y Alfonso Pérez en ataque. Más miedo daba el equipo culé, con Angoy; Soler, Juan Carlos, Dehu, Goikoetxea; Deco, Mendieta, Arpón; Rivaldo, Ronaldinho y Saviola.
El tridente del Barça asustaba. Aunque el estado físico de Ronaldinho no tiene nada que ver con el que tenía durante su etapa como profesional –que tampoco era el más adecuado– sí que sigue manteniendo la enorme calidad de entonces. El trío ofensivo formado por él, Saviola y Rivaldo –por el que no pasan los años– comenzó a imponerse. Entre la clase de Dinho, la velocidad del Conejo y la precisión de Rivaldo, comenzaron a poner en aprietos a la defensa del Real Madrid.
Fue, precisamente, Ronaldinho quien avisó, con un balón a la cruceta, quien avisó. El conjunto blanco volcaba sus ataques por la izquierda, con Roberto Carlos, Figo y Amavisca apropiándose del protagonismo. El peligro llegó a balón parado, con dos lanzamientos del carrilero brasileño, pero uno se fue muy arriba y otro lo atrapó Angoy. Se venía arriba el equipo madridista con el paso de los minutos, pero de un penalti polémico llegó el primero del Barça.
Núñez metió el pie para evitar un disparo de Saviola en la frontal. Con dudas muy claras respecto a si llegó a despejar el balón, el argentino impactó con su pierna, cayendo en el área y la colegiada del partido decretó la pena máxima. Lo lanzó Ronaldinho, que no perdonó. Disparo muy potente a media altura ante el que no pudo hacer nada Codina, que aún así adivinó el lanzamiento.
😍 Cuando vuelves a marcar un gol en un #ElClásico 🤙
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El gol reactivó aún más al Real Madrid, que salió a por el empate y estuvo a punto de lograrlo poco antes del descanso. Amavisca se aprovechó de un mal rechace, a un disparo de De la Red, pero la mandó fuera. Lo tenía todo a favor el cántabro para ver puerta y, sin embargo, falló ante Angoy.
Remontada madridista tras el descanso
Fue la entrada de otro santanderino el que cambió el partido. Después de 40 minutos se llegó al final de la primera mitad. Entró Munitis en el Real Madrid y revolucionó el partido. Cierto es que contó con la ayuda de un Guzmán que también acababa de ingresar al encuentro. El portero despejó fatal un disparo fácil de Amavisca y llegó el habilidoso delantero para empatar el partido.
Dos minutos después, de una jugada del propio Munitis por la derecha, llegó la remontada madridista. Centro del ex de Madrid o Racing desde la banda que punteó lo suficiente Alfonso para cambiarle la trayectoria y hacerlo imposible para el meta. Se adelantaba el Madrid a los cuatro minutos de juego de la segunda parte, aprovechando el apagón del Barça que se mantuvo con el paso de los minutos.
🔴 Gol de les llegendes del Madrid! Rubén de la Red ajusta molt bé el seu xut i torna a avançar l'equip blanc (3-2).
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Empezó el carrusel de cambios y llegando al ecuador de la segunda parte empataron los culés. Jofre Mateu aprovechó una jugada por la banda izquierda para poner el 2-2. El extremo sentó a Campo sobre el césped con un recorte, antes de batir a Codina. Pero la alegría les duró poco. Rubén de la Red sí que sigue guardando tintes del futbolista que pudo llegar a ser y lo demostró. Condujo en la frontal, penetró al área y colocó el balón haciéndolo imposible para Guzmán.
Lo intentó Ronaldinho en los minutos finales, con una falta cercana al área que se estrelló en la barrera. Al final, el Real Madrid se llevó el Clásico de las leyendas de Tel-Aviv. Una pachanga de verano que sirvió para volver a disfrutar de varias de las viejas glorias de ambos conjuntos, que siguen manteniendo la calidad que en su día les sirvió para jugar en los dos grandes de nuestro fútbol.
