Zidane se la jugaba en Estambul y los jugadores dieron la cara por su entrenador. El Real Madrid se jugaba la vida ante el Galatasaray y los 14 futbolistas que pisaron la hierba del Ali Sami Yen hicieron un auténtico derroche físico. Los números lo demuestran: el del Galatasaray fue el partido en el que más kilómetros recorrieron y más balones robaron.
Intensidad, vida, metidos… estas han sido palabras que ha ido utilizando Zidane después de varios partidos tediosos (el de París o Mallorca) para definir la falta de implicación de algunos futbolistas en determinados momentos del partido. Después de lo sucedido el pasado sábado en Palma, esto no podía volver repetirse en el partido más importante de la temporada. Y los futbolistas demostraron tener aprendida la lección.
Porque ante el Galatasaray, el Real Madrid robó un total de 67 balones y corrió nada más y nada menos que 107 kilómetros. Unos números de récord para el equipo blanco en la presente edición de la Champions. Y es que ante el PSG hubo una distancia recorrida total de 100 kilómetros con 32 recuperaciones (35 menos que ante el Galatasaray) y en el tropiezo frente al Brujas se corrieron 104 y se robaron 20 balones menos, 47.
Así que los números demuestran que los jugadores del Real Madrid se dejaron la piel para salvar el puesto de su entrenador. Zidane se la jugaba ante el Galatasaray y sus futbolistas llevaron al campo todas las buenas palabras con las que suelen agasajar al técnico en los medios de comunicación. El vestuario dio la cara por su técnico y allana el camino hacía los octavos de final.